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La segunda generación del Opel Grandland sigue ampliando sus posibilidades de elección, pues tras estrenarse con alternativas híbridas ligeras y 100% eléctricas, ahora propone una atractiva versión híbrida enchufable que a buen seguro cubrirá las necesidades de aquellos clientes a los que se les quede corta la primera opción, pero no quieran todavía arriesgarse por la segunda. Una tecnología que no es extraña para el SUV alemán pues en su primera entrega era la única opción electrificada, aportándole un amplio grueso de ventas al conjunto. Si a eso le unimos el repunte comercial de este tipo de versiones, con una mejora en lo que va de año cercana al 23% y una cuota total del 6,4%, este nuevo Grandland PHEV que ya hemos podido conducir por Palma de Mallorca a buen seguro que le reportará muy buenas cifras de ventas.
¿Cómo va el Opel Grandland PHEV?
Porque lo primero que uno nota al circular con él es que combina todo el confort de las versiones microhíbridas con el silencio de rodadura de las eléctricas, ofreciendo además un autonomía cero emisiones homologada de 87 kilómetros gracias a su batería de 17,9 kWh de capacidad neta. Un rango que cumple de sobra para el día a día medio de cualquier conductor español (que teóricamente no supera los 60 km) y que además es bastante fiable, pues durante la toma de o hemos conseguido cifras cercanas a los 70 km circulando sobre todo por trayectos de montaña.
En este sentido, es el propio piloto el que puede ir gestionando los diferentes programas para aumentar así la eficiencia de un modelo que, en condiciones normales y dejando el modo en Hybrid (para que sea el coche el que lo gestiona), llega a registrar un consumo medio real inferior a los 2 l/100 km. De esta forma el coste por uso diario del coche no solo es significativamente inferior al del Hybrid, sino mucho más barato que el del anterior Grandland PHEV.
En cuanto a la carga, Opel ha decidido no contar con una carga en corriente continua como la que ya ofrecen algunos de sus competidores porque "no la ven representativa", tal y como nos confirmaron a este medio, pues "en carretera uno no quiere perder ese tiempo si ya cuenta con el rango del motor de combustión", concluye uno de los ingenieros a los que preguntamos. De esta forma, la potencia máxima de carga es la misma que antes, 7,4 kW lo que se traduce en una espera de poco más de 2 horas para tener el 100%. No obstante, el conductor puede igualmente cargarlo en marcha gracias al modo de conducción específico, repercutiendo negativamente, eso sí, en el consumo.
Todo ello está ensalzado por una dinámica de conducción mucho más estable y segura gracias en parte al uso de la nueva plataforma STLA Medium del Grupo Stellantis, que además de incrementar la rigidez frente a la del anterior Grandland, puede estar dotada de un mayor número de asistentes a la conducción. La dirección está bien calibrada y aunque la suspensión puede resultar excesivamente firme, sobre todo en el eje trasero, el sentir general es más que satisfactorio.
Motor del Opel Grandland PHEV
La guinda la pone un rendimiento a la altura, cifrado en este caso en los 195 CV fruto de combinar un gasolina de 1.6 litros Turbo y 150 CV con otro eléctrico de 125 CV situado en la caja de cambios, que por cierto es automática de doble embrague y siete relaciones. Ofrece unas prestaciones correctas, con un 0 a 100 km/h de 7,8 segundos y una punta de 220 km/h, aunque en realidad donde sorprende es en la conducción eléctrica, porque incluso con esos 125 CV el coche se mueve de manera ágil.
Si demandamos toda la potencia, esta surge de manera instantánea gracias al buen hacer de los dos bloques, permitiéndonos por ejemplo realizar adelantamientos sin ningún problema. Solo cuando la propia demanda de rendimiento es constante, el motor de combustión se deja notar en exceso, revolucionándose en demasía y reduciendo un confort de a bordo que de por sí es excepcional gracias al buen aislamiento acústico.
Además, el Grandland PHEV, al igual que el resto de versiones de la gama, suma un amplio elenco de asistentes a la conducción con, entre otros, control de velocidad de crucero con Stop & Go, reconocimiento de señales de tráfico y la cámara Intelli-Vision de 360 grados. Aunque aquí el protagonismo se lo llevan los faros delanteros, apartado en el que Opel sigue siendo un referente entre las firmas generalistas, pues su innovadora iluminación Intelli-Lux HD cuenta con más de 50.000 píxeles, garantizando una visibilidad óptima en cualquier condición y además permitiendo proyectar imágenes.
Mantiene la misma esencia
En lo referente al diseño tanto exterior como interior, no hay apenas diferencias respecto al resto de Grandland de la gama. Solo el añadido de la toma de corriente a uno de los pasos de rueda trasero o determinados detalles, como los juegos de llantas de aleación le diferencian de sus hermanos. El resto, se mantiene invariable, con sus 4,65 metros de largo envueltos en un diseño moderno, deportivo y casi simétrico gracias al Opel Vizor 3D frontal carenado y a la tira de LED trasera que conecta los grupos ópticos posteriores. Hablando de iluminación, en este Grandland PHEV también contamos con el logo delantero y las letras traseras retroiluminadas, aportando mayor sensación de modernidad.
En el interior no hay tampoco diferencias más allá de algunos tapizados exclusivos elaborados con materiales sostenibles. Aquí, el ambiente de calidad se entremezcla con una fuerte carga digital determinada por una doble pantalla unida bajo un mismo marco que da lugar a un cuadro de instrumentos 10 pulgadas y a un monitor central de 16 pulgadas (parte con uno de 10") orientado hacia el conductor. Este último, incluye el último sistema multimedia de la marca, con un manejo más rápido y funciones ampliadas. Adicionalmente, se puede pedir con el Intelli-HUD que proyecta la información más relevante en el parabrisas.
Del mismo modo, se pueden solicitar los asientos ergonómicos con tecnología Intelli-Seat, y la opción de tapicería en cuero napa con masaje y ventilación garantizan una experiencia de conducción más lujosa y confortable. Hablando de habitabilidad, este Grandland PHEV no cambia un ápice su espacio frente a sus otras versiones y la zona trasera es apta para adultos de estatura media, al tiempo que el maletero mantiene el mismo volumen inicial de 550 litros, ampliables a 1.645 litros con un hueco regular.
Precio del Opel Grandland PHEV
Dada su situación intermedia en la gama frente al Hybrid y el Eléctrico, el Grandland PHEV también se sitúa entre los dos en lo que a precio se refiere. Tanto es así que parte de los 39.850 euros para el acabado Edition y de los 43.490 euros para el GS, que ofrece un aspecto ligeramente más deportivo. Una tarifa que en comparación con los que son sus principales rivales, como el KIA Sportage, el Hyundai Tucson, el CUPRA Terramar o el Toyota RAV4 PHEV, es considerablemente más baja..
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