Prueba del XM Label Red: el BMW SUV más potente de siempre

Quizás hubiera sido preferible utilizar letras como 'CS' o 'Performance' u otra denominación con significado en el mundo de la marca alemana y no algo que suene a la etiqueta invertida de una botella de whisky. Pero el XM Label Red -el BMW M de calle más potente de la historia- está fabricado pensando en jeques, deportistas, músicos ultra millonarios y cualquier otro tipo de consumidor con exceso de liquidez financiera. Y que, en lugar de una leve resaca, será capaz de generar prestaciones igualmente embriagantes a partir de una potencia máxima de 748 CV y 1.000 Nm.

BMW agrega todavía más dramatismo a su nuevo SUV, de formas ya irreverentes en su versión "normal", con esta derivación casi excéntrica del XM, el Label Red. Hay inserciones en rojo (Toronto Red metalizado, como se le llama) en el marco de la prominente parrilla delantera, en las llantas de serie de 21", en el difusor trasero, en los marcos de las ventanillas, en la línea de cintura y en el borde de las letras XM.

El mismo ambiente ultra deportivo se puede encontrar en el interior, basado en un contraste permanente entre el rojo y el negro: en el primer caso, en inserciones en la parte superior de los asientos y reposacabezas integrales y en las costuras de las superficies de los asientos, salpicadero, es de puertas, consola central e incluso en las propias salidas de ventilación. La franja de fibra de carbono pulida (y, en el caso de esta versión metalizada Frozen Carbo Black, que aparece en las fotos que será de producción limitada de solo 500 unidades que ya están saliendo de la unidad industrial de Spartanburg, en el estado americano de Carolina del Norte) también potencian más su exclusividad.

Luego, tenemos asientos multifuncionales, reposa rodillas, contenidos específicos M en las dos pantallas digitales curvas (medidas 12,3" + 14,9") y el head-up display de serie, un selector de marchas y una zona central con controles específicos, que crean un ambiente aún más diferenciado en este habitáculo. El botón M Hybrid sirve para seleccionar el modo de funcionamiento del sistema de propulsión (Híbrido, Eléctrico e eHybrid, para cargar la batería con el motor de gasolina), mientras que el botón Setup permite acceder directamente a la configuración del motor, chasis, dirección, sistema de frenos y sistema de tracción a las cuatro ruedas. En las levas de cambio detrás del volante aparecen los símbolos "+" y "-" en color rojo y el símbolo que identifica Boost Mode (modo de aceleración extra) en la leva izquierda.

El equipo multimedia funciona con el sistema operativo 8.0 (BMW estrenó hace poco la generación 9.0, después de la 8.5). Está compuesto por una pantalla de 12,3 pulgadas para la instrumentación y por una de 14,9 para la zona central. Es compatible con Android Auto y Apple CarPlay y tiene conectividad 5G.

Chasis más "musculado"

El chasis recibió una nueva puesta a punto general, más firme, para cubrir las mayores exigencias de esta versión más potente del XM (con 95 CV/200 Nm más que la versión XM que comenzó a producirse en diciembre del año pasado). El sistema de tracción xDrive envía la potencia de los dos motores a las cuatro ruedas, con predominio de las traseras, que se vuelven aún más dominantes en el programa de conducción Sport. Y si se desactiva el control de estabilidad, es posible elegir el modo Arena, pensado especialmente para conducir sobre dunas y otras superficies sueltas, para optimizar la capacidad de tracción del XM. Un autobloqueo electrónico trasero ayuda a mejorar la tracción, la agilidad y la estabilidad direccional.

El equipamiento de serie incluye suspensión con amortiguación adaptativa, barras de estabilización activa (llamadas en conjunto suspensión adaptativa profesional M) y dirección activa integral. El sistema de frenado (que da al conductor la posibilidad de elegir entre dos respuestas diferentes del pedal izquierdo) combina pinzas fijas de seis pistones en las ruedas delanteras con una única pinza flotante en las traseras.

Números exponenciales

A los 585 CV y 750 Nm del motor V8 biturbo se suman los 197 CV y 280 Nm del motor eléctrico, pero una tecnología (patentada por BMW) para aumentar la eficiencia entre el rotor del motor eléctrico y el eje de transmisión permite aumentar el par hasta 450 Nm, que en condiciones normales sólo sería posible obtener con un motor eléctrico mucho más grande y pesado. El sistema de escape cuenta con dos válvulas controladas electrónicamente de forma continuamente variable para generar una banda sonora digna de prestaciones tan elocuentes, liberada por las dos puntas de escape dobles, dispuestas una encima de la otra en cada extremidad bajo el paragolpes trasero.

En carretera

El conductor tiene a su disposición varias posibilidades de configuración que afectan directamente la dinámica de este XM, desde la respuesta de los motores (Normal, Sport y M Sport), del cambio (secuencial o automático, con tres programas cada uno), de la suspensión (Normal, Sport y M Sport), la asistencia de la dirección y de los frenos (en ambos casos, Normal y Sport), el control de estabilidad y el sistema de tracción total.

Desde los primeros kilómetros es evidente que la dirección es increíblemente directa, la suspensión es extremadamente seca incluso en los programas de conducción menos deportivos y nuestra recomendación es no dejarse seducir por el fuerte impacto visual de las llantas opcionales de 23 pulgadas, que seguro convertirán cualquier desplazamiento en una sucesión interminable de trepidaciones. El confort residual que debería ofrecer incluso un SUV de este nivel de potencia tampoco es suficiente cuando monta las ruedas de 22 pulgadas, e incluso el paquete básico de 21 pulgadas (que hemos probado) se siente muy duro. En ciudad, su longitud superior a 5 metros puede complicar em maniobras de aparcamiento, pero la ayuda que le viene por el eje trasero direccional contribuye a mitigar el problema.

El escenario en que un chasis con estos reglajes puede resultar emocionante es en conducción rápida por carreteras rurales de asfalto impecable (o en circuito de carreras), especialmente si se conduce el BMW XM de casi 2,8 toneladas con sus amortiguadores adaptativos al límite más alto de lo permitido. Sin exceso de vibraciones, la dirección impresiona con su fina respuesta, sus fuerzas de recuperación bien ajustadas y una configuración de suspensión (que cuenta con barras estabilizadoras activas y amortiguadores electrónicos variables) que, con excepción del cómodo asiento de cuero, genera la ilusión de que estamos al volante de BMW M4, tal es la eficacia con que gestiona las trayectorias y la aceleración en la salida de las curvas. Los frenos empiezan a mostrar algún cansancio en este tipo de utilización exigente y constante (normal teniendo en cuenta el peso del XM).

Por autopista las cosas son completamente diferentes, porque aquí el BMW XM Label Red puede embriagar como el mejor whisky. Rápidamente, muy rápidamente, se puede volver extremadamente incómodo, por lo que incluso el conductor apasionado por prestaciones de deportivo y con amplios recursos económicos está mejor atendido con un BMW X5 M/X6 M.

Claro que hay otro argumento de peso en favor del Label Red, además de su rendimiento superlativo, y que se suele valorar en este exclusivo segmento de mercado. Hablamos de su diseño (polarizador, es cierto) que lo diferencia de algunos SUV que de tanto vender se han hecho un poco aburridos (o sea, el triunfo de la exclusividad).

La conducción eléctrica que puede proporcionar como híbrido enchufable también es un argumento relevante (aunque en este caso también lo tengan las dos versiones menos potentes y menos caras del XM). Se pude convertir en ventajas a varios niveles: por un lado, son nada menos que 197 CV (145 kW)/ 450 Nm añadidos de potencia/par que, junto con el motor de combustión, aseguran una aceleración de 0 a 100 km/h en 3,8 segundos y una velocidad máxima electrónicamente limitada a 290 km/h (si se especifica el paquete M Driver opcional). Y, además de ser decisiva para mejorar la aceleración total, la asistencia eléctrica contribuye a una recuperación de velocidad más inmediata y, al aliviar la carga del motor V8, también favorece un menor consumo: la media homologada es de sólo 1,7 litros/100 km.

Electrizante

Y no hay que olvidar, ya que probablemente será aún más importante, la capacidad de recorrer una distancia de hasta 80 kilómetros (a una velocidad hasta 140 km/h) sin humos ni ruido antes de tener que volver a la estación de carga o al Wallbox de casa. De ello se encarga la batería con una capacidad útil de 25,7 kWh.

La carga (que puede ser optimizada por el propio sistema regulando la temperatura de la batería al nivel más eficiente) se puede realizar utilizando corriente alterna (AC) hasta un máximo de 7,4 kW, con la que tardará 4h 15m en cargarse de 0 a 100 por ciento.

Es difícil justificar un precio de 201.000 euros para un SUV super deportivo, que es muchísimo más que lo que cuestan las versiones de entrada (50e de 476 CV, por 130.000) o XM (653 CV, por 180.000), pero, como mucho en la vida, eso depende. Siempre depende.