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Ebro

Ebro S700: ese coche barato en el que encontrarás otras buenas virtudes

La versión 100% térmica del SUV español tiene la capacidad de convencer a quien busca un coche familiar, práctico, amplio y con un buen acabado.

Cuenta con tres modos de conducción.
Cuenta con tres modos de conducción.Ebro.

Aunque su presencia es cada vez más conocida, todavía causa gran sorpresa en muchos conductores contemplar el nombre de Ebro (en grandes letras, para que no haya dudas) sobre la enorme parrilla del radiador de sus tres primeros modelos, los S400, S700 y S800. Hoy nos centramos en el mediano, que por tamaño (mide 4,55 m de largo, 1,86 de ancho y 1,70 de alto) resulta muy polivalente y por precio (desde 24.990 euros) encaja bien en un espectro muy amplio de conductores, sobre todo si nos centramos en esta versión sin hibridación, la más asequible de la gama.

Ebro.

En una marca nueva (vamos a decir que esta lo es, aunque herede el nombre y reivindique la tradición de los vehículos Ebro del siglo pasado) el diseño cobra un peso fundamental, ya que en cierta forma es un reclamo que puede declinar la balanza y suplir la falta de bagaje o pedigrí. El Ebro S700 no sorprende, visto de cerca; nada en sus rasgos hay de atrevido, o de "audaz", palabra que tanto emplean los diseñadores. Pero tiene detalles que lo hacen agraciado desde un punto de vista estético: nos referimos, por ejemplo, al trazo que describen sus luces diurnas; a la enorme parrilla del radiador con contorno cromado; a las superficies negras del paragolpes que combinan con el color de su carrocería; al techo en contraste (sobre el que también contrastan los raíles plateados) o al atractivo dibujo de las ópticas traseras.

Recuerda a sus 'primos'

Por fuera no se parece a otros modelos del Grupo Chery, su 'casa matriz', pero este 'aroma de familia' sí se respira por dentro, donde en cierta forma recuerda a los SUV de Jaecco y Omoda. Su oferta de información sigue el patrón de las dos pantallas de 12,3" pulgadas cada una parecen conformar una sola, sin una tercera frente al copiloto que en un coche que hace del precio su bandera no tendría ninguna lógica.

Ebro.

La información del cuadro de relojes se lee con suma facilidad y la pantalla central es de manejo rápido, acompañada en este caso por un árbol de menús que por suerte no es muy grande. Aunque por medio de esta pantalla podemos regular la climatización, bajo las salidas de de aire centrales ofrece una hilera de mandos táctiles (pero no hápticos) para que no tengamos que bucear por los menús a la hora de regular dicha climatización. Y la consola anchísima y con un enorme hueco abierto por debajo (y otro cerrado donde apoyamos el codo), está protagonizada por un pequeño selector de apariencia acristalada y una rueda para seleccionar los distintos modos de conducción.

Sin cambio secuencial

Lo que no hay en selector es la posibilidad de manejo secuencial, algo que corrobora un vistazo al volante de sección inferior plana, tras el que no se esconde ningún tipo de levas. Y si el aspecto visual es bueno, también lo es el tacto de los mandos, como los de los elevalunas o el propio manejo del selector de transmisión, que dejan en la mano una agradable sensación de calidad propia de coches más caros.

Ebro.

También resulta agradable confirmar que las butacas delanteras son confortables y que en las plazas traseras hay cuatro evidentes ventajas. Por un lado los reposacabezas delanteros, que están integrados en las butacas, permiten tener una buena visibilidad hacia delante más. El espacio para las rodillas aquí detrás es además suficientemente generoso para las tallas de incluso 1,90 de estatura. Y a ello se añade que la plaza central es más cómoda de lo que es habitual (en muchos de sus rivales es un suplicio) y que el suelo plano permite acomodar muy bien los pies a este quinto pasajero.

Amplio maletero

En cuanto al maletero, se queda en 500 litros. Digamos por tanto que alcanza esa barrera psicológica por la que podemos empezar a considerar "bastante amplio" un maletero en un coche de este segmento. Más cuando muchos de sus rivales ya cuentan con algún tipo de hibridación y se han visto obligados a quedarse por debajo de esta cifra.

Ebro.

El motor del S700 de a la gama es un gasolina sin ningún tipo de hibridación, ni siquiera 'micro', que dé derecho al distintivo 'Eco' de la DGT (lleva la C, de color verde). Se trata de un 1.6 de cuatro cilindros con inyección directa, turbo e intercooler que estira su potencia hasta los 147 CV y deja su par motor en unos algo discretos 275 Nm de par.

Comodidad

Su rendimiento nos recuerda que la filosofía que tal vez busque el comprador del S700 pasa por tener un coche amplio, bien terminado y a buen precio, pero no para buscar unas 'emociones fuertes' que al volante el coche no proporciona. De hecho, ya hemos mencionado que tampoco cuenta con posibilidad de cambio secuencial en su transmisión de 7 velocidades con doble embrague, y a la hora de calificar su comportamiento diríamos que apuesta de forma clara por la comodidad, aunque sin descuidar una desenvoltura bastante aceptable.

Ebro.

Lo bueno es que los mencionados modos de conducción (Eco, Normal y Sport), que actúan sobre la dirección, la caja de cambios y la respuesta al acelerador, sí aportan diferencias palpables a la personalidad del coche. Y el que más nos ha gustado es el intermedio, ya que el más ecológico deja algo corta la respuesta del S700 en recuperaciones.

La versión Luxury que hemos probado añade a los ADAS obligatorios el head-up display, el equipo de sonido firmado por Sony, los detalles exteriores en negro, las llantas de 19"... por un precio indiscutiblemente atractivo: 27.900 euros financiado con CA Auto Bank. Aunque, como hemos mencionado al principio, existe una más sencilla versión Comfort que, que también financiado, se queda en solo 24.990 euros.

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