Milán-San Remo 2025: Pogacar, ante el monumento que le va a "llevar a la tumba"

La primavera ha llegado. No importa lo que diga el calendario. Mañana se disputa la Milán-San Remo y la temporada ciclista comienza a florecer con todo su esplendor. El primer monumento del año llega como una de las últimas fronteras que restan por conquistar a Tadej Pogacar, el hombre que marca la pauta en el ciclismo actual.

La 116 Classicissima se presenta como la carrera que le va a “mandar a la tumba”. No en vano será su quinto intento por conquistar una cita en la que, sobre el papel, no cuenta con terreno para infundir el martirio habitual a sus rivales. Sin muros ni desnivel en el que retorcer todo lo que se ponga por delante solo cuenta el momento y la improvisación. Y ahí, el emperador del ciclismo no ha encontrado el punto para alzarse como vencedor.

La Milán-San Remo va a suponer el primer envite entre Van der Poel y Pogacar esta temporada. Seis monumentos acumula el neerlandés de Alpecin por los siete que suma su rival esloveno de UAE Team Emirates XRG que en 2024 logró su mejor puesto en la prueba con un tercer puesto.

Una rivalidad en clásicas para la historia que se prepara para vivir un nuevo episodio de alto voltaje en el Poggio. Un duelo que vivirá su continuación el próximo 6 de abril en Flandes y veremos si se estrena una semana después sobre el adoquín de Roubaix.

Recorrido clásico

La clásica de la velocidad, histórico terreno de esprínteres que se ha transformado en los últimos tiempos, vuelve a presentar su recorrido clásico con salida en Pavía, en los alrededores de Milán, y la clásica llegada en la Vía Roma de San Remo tras 289 kilómetros de recorrido acariciando las orillas del Mar Tirreno.

Como siempre se trata de un trazado cuasi plano hasta la llegada del Paso del Turchino a falta de 150 kilómetros para meta. Tras ello comenzará el descenso hacía la costa de Liguria donde esperan los tres capos: Mele, Cervo y Berta que preceden a la Cipressa (5,1 km al 4,1%), la subida que podría cambiarlo todo si, como apuntan los expertos, alguien es capaz de superarla en menos de 9 minutos.

El mítico Poggio de San Remo (3,7 km al 3,7%) y su descenso está llamado a ser el juez de la carrera como ocurrió en las últimas ediciones. El año pasado Van der Poel aguantó la acometida de Pogacar para allanar el triunfo a su compañero, Jasper Philipsen y hace tres años, en 2022, Matej Mohoric cimentó el mayor triunfo de su carrera con un descenso suicida en la célebre rampa previa a la Vía Roma.

Favoritos en liza

Pogacar y Van der Poel capitalizan todo en el primer monumento del año, pero la imprevisibilidad de la Classicissima la deja como uno de las grandes clásicas más abiertas del calendario como demuestra el hecho de que desde el doblete de Erik Zabel en 2000 y 2001 nadie ha repetido triunfo consecutivo en Vía Roma.

Philipsen tendrá la oportunidad de rsu corona a pesar de la dura caída que sufrió en la Nokere-Koerse. El impacto le ha generado fuertes dolores y abrasiones que no le impedirán intentar volver a imponerse en la meta de San Remo. 

Filippo Ganna es otro de los que se ha ganado un puesto arriba en las apuestas. El italiano, segundo en 2024, ha mostrado muy buenas maneras en Tirreno Adriático donde cedió el liderato bajo la nieve en las rampas de Frontignano en la etapa reina y terminó segundo en la general.

Seguimos con otro italiano que ha trabajado a conciencia la prueba: Jonathan Milan. El gigante de Tolmezzo tiene la Milán-San Remo como uno de los grandes objetivos en la temporada de su estreno en el Tour. Llega a la salida de Pavía con el zurrón bien lleno tras haber logrado cinco triunfos en 2025.

Mads Pedersen es otro de los persigue con todo el sueño de ganar un monumento. Quizá no sea el que mejor se adapte a su estilo, pero en París-Niza ha demostrado que llega fino a la cita. Puede sorprender con un ataque quirúrgico o ser el más potente si llega algún grupo seleccionado.

Otros nombres como los de Tom Pidcock, Michael Matthews, Olav Kooij, Biniam Girmay o el ganador en 2022, Matej Mohoric emergen como candidatos a la pelea por estar en el cajón en esta edición del primer monumento del curso.