Las extraas ausencias de Cristiano Ronaldo 4da6v
lunes, 9 noviembre 2015, 16:45
Cristiano Ronaldo est raro. Lleva raro varias semanas. La temporada entera podra decirse. No entr bien en el Universo Bentez y, en lo futbolstico, contina mudando de piel hacia una posicin de la que no conoce el oficio porque el oficio de Cristiano Ronaldo era, precisamente, ser Cristiano Ronaldo: una tormenta, una bestia. Tena su parcela, su jerarqua, su forma de moverse, su manera de llegar y su particular eficacia. No queda muy claro si ahora se va a convertir en delantero centro por conviccin propia o porque hay que buscar hueco a Bale, cuya demarcacin final sigue siendo un misterio.
Esa falta de concrecin est pasando factura a Cristiano. Se le not a la legua ante el PSG y anoche, ante el Sevilla, su ausencia fue ya un escndalo. Ni est... ni se le espera? El bajn de rendimiento coincide con una semana extraa, de coqueteos con el jeque, con Blanc, de hacerse el misterioso con su futuro, de torcer la cara a los torpes reproches de Florentino, de estrenar un documental a mayor gloria de Mendes y de s mismo... No, definitivamente, no est y se le echa de menos justo en algo en lo que nunca haba fallado: el compromiso.
Cristiano poda fallar goles, poda pasarse partidos enteros sin marcar, pero nadie poda reprocharle que no estuviera con el equipo, aunque lo primero fuera mirarse en el espejo. Hoy, el aficionado madridista le observa con sospecha porque ve un tipo ms fuera que dentro. No se trata de fallar o de marcar un gol. Se trata de estar o no estar. Y no est.
CARENCIAS. La incomparecencia de Cristiano Ronaldo no fue la causa nica del desastre del Pizjun. Que el Madrid del equilibrio ha vivido colgado de Keylor Navas no era ningn secreto. Al Madrid del ortodoxo Bentez le ha hecho ocasiones media Espaa. Rafa lo disfraz de estadsticas y el portero lo visti de milagros. Acabados los milagros -Casilla es otra cosa- se acabaron las estadsticas y la mentira del equilibrio. O ms bien, se siguen engordando los nmeros porque el Sevilla le lleg tanto como el PSG o el Celta o el Granada. Si Bentez sigue leyendo los partidos desde el Instituto Nacional de Estadstica se est haciendo un flaco favor a s mismo y se lo est haciendo a la aficin, a quien debe una explicacin coherente, ms all del nmero de crners a favor. El Madrid en los segundos tiempos se viene abajo, est ms pendiente del orden que de la aventura, los jugadores caen como moscas en la trampa de las lesiones musculares haya o no haya selecciones, no se terminan de cerrar y controlar los partidos, el juego es ms bien plano y ya puede asegurarse, oficialmente, que el equipo tiene ms puntos que ftbol.
HACIA EL CLSICO.El madridismo supona que la lesin de Messi iba a ser un periodo de entreguerras en el que su equipo iba a aprovechar para estirar el chicle y llegar al Clsico con cierta holgura y tranquilidad de espritu. Era mucho suponer. El Bara ha bandeado bastante mejor la ausencia de su propia estrella que el Real Madrid.Luis Enrique deca que a Neymar no haba que exigirle ms mientras Leo iba suturando el ligamento y tena razn. No ha sido necesario. El propio Neymar se ha hecho cargo de la situacin igual que un to se hace cargo de sus sobrinos mientras el padre sale a por tabaco.
Neymar ha cuidado del ataque del Bara como si Messi se lo hubiera dejado en herencia. Aquellas jugadas que llegaban enlatadas desde Brasil a los telediarios, aquellas acciones de dibujos animados con el Santos, que sospechbamos que jams podra hacer en una Liga como la espaola, empiezan a ser cada vez ms frecuentes. El gol de ayer fue imponente pero lo es ms el ataque de responsabilidad adquirido por Neymar en ausencia del dolo. "Tranquilos, que yo me encargo", parece haber dicho. Y hasta hoy. Tanto es as que la comparecencia de Messi en el Bernabu ya no es acuciante. No mientras Neymar y su socio Surez estn al frente de las operaciones. Parecen dos pendencieros haciendo de las suyas mientras llega el jefe de la banda.