Guardiola dijo hace poco menos de un año: "A Pedro le queda mucho, mucho, mucho, pero mucho camino y mucho por aprender para llegar al nivel de Henry". Tras su espectacular actuación del miércoles contra el Ceuta, Thiago Alcántara se ha convertido, y con razón, en la estrella mediática de la cantera del Barça. Se trata de un centrocampista incendiario. Lleva los pies empapados en acelerante y piensa a la velocidad de un reactor, cualidades que inflama con una ejecución precisa como la de un láser quirúrgico. Sus pausas y latigazos recuerdan al mejor Ronaldinho y dan brillo a ese temple made in La Masía. Como el Gaúcho en su plenitud física (la pre-discotequera, vamos) posee la habilidad innata de empequeñecer a sus rivales. Pero a todo ello cabe una puntualización: los del pasado miércoles ya eran pequeños. Los jugadores del Ceuta no carecen de pundonor ni de disciplina, pero su rendimiento defensivo fue calamitoso durante toda la eliminatoria, especialmente en el partido de vuelta. Conviene frenar la euforia. Después de la fulgurante irrupción de Pedro en el equipo la temporada pasada ya pensamos que esto de la cantera es jauja. Pues no. A Thiago le queda bastante para llegar al nivel del tinerfeño.

El primogénito de Mazinho lleva tiempo demostrando en el filial y con las categorías inferiores de la selección su indiscutible talento. Y lo que es más importante, su capacidad de liderazgo. Cualquiera que siga con cierta asiduidad los partidos del Barça Atlètic de Luis Enrique (momentito, que me pongo de pie) sabrá que lo tiene todo para ser un referente en el Barcelona del futuro. Pero su presente, como en su día lo hicieron los de Xavi, Iniesta o el mismísimo Messi, pasa por los partidos menos comprometidos y por su aterrizaje gradual en el vestuario del primer equipo. Este último seguramente tenga lugar en enero y puede ser suave o turbulento, independientemente de que su participación sea notable o testimonial, porque depende de lo que depende todo: los resultados del equipo. El caso de Pedrito no puede servir de referencia. Jamás se desvía uno tanto como cuando cree conocer el camino, dice el proverbio chino. Pero bueno, como tampoco quiero ser cortarrollos, aquí les dejo este vídeo del muchacho. La verdad es que juega como los ángeles.

Por otra parte, en la cantera azulgrana el presente más inmediato tiene nombre de central. Sin Piqué ni Milito, el partido contra el Villarreal aparece en el horizonte como una oportunidad de calado para un defensa de La Masía. A priori, parece mejor idea que juegue Bartra o Fontás a que lo haga un futbolista fuera de su posición natural, como Abidal (quien, por cierto, escribió el libro 'Cómo no jugar de central' durante su Mundial con Francia, que rayó en lo delictivo) o Seydou Keita. Un esquema con tres defensas contra un equipo educado en la escuela ofensiva como el submarino de Garrido parece poco probable, así que en cuestión de horas sabremos si Guardiola opta por ser conservador o se arriesga con alguno de los canteranos. Si me preguntan, yo digo que no sería tanto riesgo.

P.D.: Qué grande eres, Iniesta. Gigante.

P.D.2: Apunta el gran C. M. vía Twitter que, pese a haber superado ya Mouriarty los registros de Pellegrini, La Cibeles anoche estaba vacía. Adjunta foto que lo prueba. ¡Inaudito!

P.D.3: Nos vemos en Twitter: @juanblaugrana