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La kombucha es una bebida que se ha puesto muy de moda en los últimos años. Este líquido fermentado se suele hacer con té, azúcar, bacterias y levaduras. La kombucha se obtiene mediante un proceso de fermentación natural, en el que una colonia de microorganismos que se denomina SCOBY consume el azúcar y produce esta famosa bebida carbonatada. Conocida por sus múltiples beneficios, la kombucha, ha ganado una gran popularidad en los últimos años. Algunos de ellos son los probióticos que contiene, las vitaminas del grupo B y las enzimas presentes en este líquido. Sin embargo, algunos expertos, empiezan a alertar de algunas cualidades negativas que podrían afectar al consumidor.
Los efectos secundarios de la kombucha
Beber kombucha no suele ser dañino. Sin embargo, los expertos están empezando a advertir de los efectos secundarios que puede producir el consumo de esta bebida.
Uno de los síntomas que puede provocar es malestar estomacal y gases. Y es que, al ser rica en probióticos, puede causar molestias en el proceso digestivo; sobre todo cuando se empieza a consumir esta bebida. Además, es posible que pueda causar alguna reacción alérgica si no atiendes a los ingredientes que la componen o que entran en el proceso de preparación.
Si la kombucha es casera, puede haber cierta contaminación bacteriana, ya que su preparación puede no ser adecuada. Además, el consumo excesivo de esta bebida, puede causar dolor abdominal, diarrea, náuseas y vómitos.
Es importante tener en cuenta que, la kombucha, puede contener alcohol aunque en cantidades bastante bajas. Pero, si eres intolerante a esta sustancia, debes tenerlo en cuenta para no consumirla. Del mismo modo, es importante tener en cuenta que puede contener cafeína o teína, por lo que si eres sensible a estas sustancias es posible que te afecte o te cause alguna alteración.
Cómo evitar estos problemas
Si quieres beneficiarte de las propiedades de la kombucha pero no quieres sufrir los efectos mencionados previamente, es importante que atiendas a los consejos de los especialistas.
Para empezar a tomar kombucha debes hacerlo poco a poco. Empieza con pequeñas cantidades y ve aumentando la dosis con el paso de los días o las semanas. Siempre aumenta de forma gradual, sin cambios drásticos. Además, debes elegir una kombucha que sea fiable y de calidad. De esta manera podrás estar seguro de la calidad y los ingredientes que la componen. Por ejemplo, la kombucha pasteurizada, suele ser más segura para aquellas personas que tienen un sistema inmunológico débil o para aquellas mujeres embarazadas.
Si tienes alguna duda, condición médica, estás tomando algún medicamento o tratamiento, o simplemente te preocupa; considera consultar con algún médico antes de consumir kombucha. También es importante leer las etiquetas para verificar los ingredientes y la presencia de alcohol, en caso de contenerlo.
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