En su camino para anotar 49 puntos ante los Utah Jazz en una segunda noche descomunal tras los 60 ante los Timberwolves, De'Aaron Fox dejó una de las imágees más curiosas de la jornada y probablemente de lo que va de temporada.
El base de los Kings robó el balón a Isaiah Collier e intentó salir al contraataque. El de los Jazz le pisó por detrás lo que hizo que a Fox se le saliera la zapatilla. Hasta aquí todo normal, porque eso es algo que se puede ver en una cancha de baloncesto. Lo que ya está fuera de la realidad es que Fox siguió la jugada, se colocó la zapatilla de nuevo y continuó su carrera, todo esto sin parar.
Fox, que hizo uno de los partidos estelares de la temporada, acabó anotando en una jugada que en un 99,999% de las ocasiones se hubiera tenido que parar para que el jugador se colocara la zapatilla.
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