Ser entrenador es una profesión de riesgo. Pocas hay más volátiles. Los méritos del pasado no cuentan y cada técnico es tan bueno como lo haya sido su último partido. Ha quedado demostrado con el despido de Tom Thibodeau en los Knicks, a los que había llevado a la final de la Conferencia Este, su mejor resultado en 25 años. No ha sido suficiente para los responsables deportivos de la franquicia y la derrota ante los Pacers le ha costado el cargo.
El despido de Thibodeau alimenta una tendencia que ya tiene visos de maldición y que refuerza el pensamiento de que para los técnicos sólo cuenta el presente: todos los ganadores del galardón de mejor entrenador de la temporada en la NBA entre 2018 y 2023 han sido defenestrados por el equipo en el que consiguieron el premio.
El primero fue Dwane Casey, que por entonces era el técnico más exitoso en la historia de los Raptors. Fue galardonado en 2018 y al poco tiempo estaba en el paro. Mike Budenholzer se llevó el premio en 2019 dirigiendo a los Bucks. Dos años después les condujo hasta el anillo de campeones. Pasados otros dos años fue despedido. También ganó un título Nick Nurse con los Raptors. Lo hizo en 2019, la temporada siguiente fue nombrado mejor entrenador de la NBA y en 2023 le apartaron del banquillo.
En 2021, el galardón fue para el mencionado Thibodeau con unos Knicks que le acaban de sacrificar. En 2022, el premiado fue Monty Williams, despedido pese a haber llevado a los Suns a una final de la NBA y ser el entrenador con más victorias en Liga regular en los tres últimos cursos. Y en 2023 le tocó el turno a Mike Brown, cesado en diciembre de 2024 pese a guiar a los Kings a sus primeros playoffs en 16 temporadas.
Daigneault y Atkinson se salvan por ahora
Los siguientes en conseguir el premio han sido Mark Daigneault, que ha metido a los Thunder en la final de la NBA que arranca este viernes, y, esta campaña, Kenny Atkinson, cuyos Cavaliers fueron el mejor equipo de la Conferencia Este en la temporada regular pero cayeron ante los Pacers en segunda ronda de playoffs.
Este curso se han visto también despidos de entrenadores de lo más sorprendentes, sobre todo por el momento en el que se produjeron. Los Grizzlies se cargaron a Taylor Jenkins a pocas semanas del inicio de los playoffs y los Nuggets hicieron lo mismo con Mike Malone cuando sólo faltaban tres partidos de temporada regular. Además, era el entrenador que dos años antes había conseguido el único anillo de campeón de la franquicia. Nadie está a salvo en los banquillos de la NBA. Y si te nombran mejor entrenador del año, menos.
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