El Barça acudía este pasado domingo al WiZink Center (Movistar Arena en un par de días) con la idea de curar heridas, de enderezar su rumbo, de dejar atrás su crisis. Lejos de eso se fue frustrado, con una nueva derrota ante el eterno rival, al que no ha podido ganar este año en tres enfrentamientos, y con muchas más dudas y lagunas que añadir a su irregular juego. Y otro partido que se les escapa al final.
Los de Peñarroya comenzaron la temporada como un tiro. Llegaron a encadenar un 3-0 en Liga Endesa y un, todavía mejor, 8-1 en Euroliga, un balance que les permitía ser líderes mientras que, por ejemplo el Madrid, no hacía más que sumar derrotas. Un mes y medio después de haber sido primeros en la competición continental, el Barça está fuera incluso del Play-In, tras un balance de 1-8 que les lleva al 9-9 actual, y son octavos en la Liga Endesa con 7-6. Una crisis galopante en toda regla.
Peligra la Copa del Rey
No es exageración ni sensacionalismo. Realmente peligra la presencia del Barça en la Copa del Rey de Gran Canaria. Sería un desastre mayúsculo no estar en una cita que el equipo no se ha perdido nunca desde que se estrenó el actual formato de fase final.
Actualmente marcan la frontera de los equipos que irán a Gran Canaria, pero tienen por detrás a BAXI Manresa, UCAM Murcia y Baskonia a una victoria y a Surne Bilbao, MoraBanc Andorra y Hiopos Lleida a dos. Por arriba, están Joventut y Casademont Zaragoza con ocho triunfos. Y esa es, sorprendentemente, la liga actual del Barça en la ACB, más preocupado de que pierda partidos el Manresa o el Andorra que el Madrid o el Unicaja.
En condiciones normales, incluso con esta crisis de resultados que tiene, el Barça debería estar entre los ocho mejores, lo que no está tan claro es que sea cabeza de serie en el sorteo. Para ello debe ganar casi todo lo que queda hasta la jornada 17 (cuatro partidos) y esperar a que fallen los de arriba, Real Madrid, La Laguna Tenerife o Dreamland Gran Canaria, que tienen 9 victorias. La derrota en el WiZink les puede haber costado esa condición.
La devastadora lesión de Laprovittola
Aún respetando las diferencias entre ambos jugadores (y las preferencias de cada aficionado), se podría concluir que Nicolás Laprovittola es al Barça lo que Facundo Campazzo al Madrid. El jugador que desatasca, el que encuentra soluciones cuando el resto están bloqueados, el que levanta y gana partidos en definitiva. Y el Barça no se ha repuesto a la baja del argentino.
Parecía que sí. En Euroliga con el base ganaron tres de los primeros cuatro partidos pero, tras la grave lesión de Lapro, los de Peñarroya ganaron cinco seguidos, hasta el 8-1. Luego llegó el colapso. En la Liga Endesa habían ganado los tres primeros duelos con Lapro a los mandos y el primero en el que perdieron fue precisamente en el que se lesionó, ante el Baskonia. En realidad, el equipo no lo ha superado. Y el recambio que llegó por él, Raúl Neto, ha jugado dos partidos de Euroliga y en los dos se ha lesionado.
Satoransky es el '1' titular, lo era cuando Lapro estaba sano. El Barça necesita al checo mucho más regular porque sin el argentino para que el juego fluya, depende mucho de Sato. Y Núñez, con algunos momentos estelares, está demasiado crudo para poder liderar el equipo desde el puesto de base. Sin Lapro el equipo no sólo pierde sus 13 o 14 puntos por choque, sino el jugador que suele ser más clarividente en los momentos decisivos de los partidos. Por ahí, se descose el equipo.
Punter, una estrella anárquica
Imposible poner en duda el enorme talento que tiene Kevin Punter. Cuando está enchufado, el Barça suele ganar porque es un jugador imparable. Pero le falta regularidad y, sobre, ser menos anárquico cuando las cosas no van bien. Es un jugador extraordinario a favor de corriente, pero le cuesta echarse el equipo a las espaldas sabiendo leer los partidos. Para eso es mejor Jabari Parker, que ha atravesado momentos de duda en su estado de forma. Si ellos dos fallas y Anderson no está, como en el Clásico, el Barça se deshace en ataque, le cuesta anotar y no hay referentes al final.
La defensa no es lo que era
El Barça fue un día uno de los equuipos con mejor defensa de Europa. Eran los tiempos en los que en la banda estaba Sarunas Jasikevicius, un enamorado del ataque sin control como jugador, pero en poder de ideas ultradefensivas como entrenador. El equipo no alcanzó las cotas deseadas (ganar la Euroliga), pero en muchos partidos sembaraba el terror desde su defensa, construía desde atrás y era sólido.
Ya el año pasado esa identidad se perdió y ahora no queda ni rastro. Y eso que los equipos de Peñarroya suelen ser muy rocosos y sólidos atrás. Es verdad que en el Clásico el Madrid anotó sólo 73 puntos, pero más por demérito en el tiro de los blancos que por una defensa constante. En los partidos se ven ráfagas que muchas veces les permiten dominar el partido, pero no tienen continuidad en el tiempo.
El caso Willy
Hay caso Willy Hernangómez, es indudable. El madrileño ya tuvo problemas con Roger Grimau y los está teniendo con Joan Peñarroya que en alguna ocasión se ha olvidado de él al fondo del banquillo. Al pívot le cuesta tener regularidad porque aporta mucho en ataque pero poco en defensa. De en el partido del WiZink Chus Mateo llegó a decir a sus jugadores en un tiempo muerto: "Atacad por el lado de Willy". Eso le penaliza y en el Clásico con Vesely autoeliminado por faltas (acabó desquiciado), Peñarroya incluso puso a Metu como cinco, que no podía con Tavares. Y es que Willy casi nunca acaba los partidos que no están cerrados.
Frágiles en los finales apretados
Tras el partido contra el Madrid, Peñarroya, desolado dijo "otro final apretado que se va, un rebote que se nos escapa, un tiro que se falla, otra vez". Llueve sobre mojado porque empieza a ser habitual que el Barça caiga cuando el partido llega al final igualado.
Ante el Madrid en el segundo Clásico, el de la Euroliga, dejó vivo a los blancos para forzar la prórroga y luego cayó en dos tiempos extras. Y en apenas nueve días, derrota ante el Estrella Roja por cuatro, ante la Virtus por cinco, dos partidos que tuvieron en la mano, y el Clásico del domingo, por dos y lanzando el último tiro.
Peñarroya no encuentra la fórmula
Ante el Madrid Joan Peñarroya lo probó todo. Hizo múltiples cambios para buscar un quinteto de garantías, pero estuvo incómodo todo el tiempo porque no lo encontraba. Al acabar el partido dijo: "Nos está faltando algo, pero lo vamos a encontrar". Y mientras, el fantasma de un posible cese planea sobre el Palau.
El año pasado el Barça aguantó a Roger Grimau, que a estas alturas iba mejor en la Liga Endesa (9-4) pero parecido en la Euroliga por no dinamitar el proyecto. Este año es posible que Peñarroya aguante todavía varios golpes más pero el Barça, con la inversión hecha y las expectivas creadas, está muy lejos de lo que se esperaba y no sólo en los resultados. La ingobernabilidad de la Euroliga, ningún equipo la domina, le mantiene vivo, a una victoria del Play-In y a dos de los Playoffs, una situación reversible. Pero lo que ocurra en las próximas semanas y, sobre todo si no se mete en la Copa del Rey, puede traer consecuencias inmediatas.
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