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En una cancha improvisada de una plaza comercial en Polanco, donde lo mismo rebotan balones que carcajadas, Francisco "Kikín" Fonseca soltó una bomba envuelta en nostalgia. Mientras compartía una "cascarita" con el piloto Daniel Suárez, el exdelantero de la Selección Mexicana no se contuvo al hablar de lo que, según él, brilla por su ausencia en el Tricolor actual: liderazgo.
Sí, liderazgo, esa palabra que parece tan grande como abstracta, pero que para Kikín tiene rostro, nombre y hasta número en la camiseta. "En mi época, eso era lo que sobraba", dijo, y no lo dijo como quien mira al pasado con melancolía, sino con la certeza de que, aunque los tiempos cambien, la personalidad en la cancha sigue siendo un ingrediente irremplazable.
¿Quiénes eran los líderes de la selección mexicana en Alemania 2006?
Fonseca no se refería a cualquiera. Enseguida empezó a mencionar a los "jefes de vestidor" que lo arroparon en Alemania 2006: Rafa Márquez, Oswaldo Sánchez, Pável Pardo, Jared Borgetti, Ramón Morales... figuras que no solo jugaban, sino que hablaban, gritaban, alentaban y se tiraban de cabeza. "Éramos gritones, todos hablábamos, todos empujábamos", recordó, dejando entrever que, hoy por hoy, al Tricolor le falta ese fuego interno.
La crítica no fue dardo envenenado, sino llamado a tiempo. Con la Copa del Mundo a un año de distancia y con México como uno de los anfitriones, Kikín puso el reflector sobre Javier Aguirre y Rafael Márquez, a quienes les encomendó, casi como petición de excompañero, la misión de sacar esa garra de los jugadores. "El liderazgo se trabaja, se contagia. No es innato en todos, pero todos pueden tenerlo", insistió.
¿Qué piensa Kikín Fonseca de la dupla de Raúl Jiménez y Santiago Giménez?
Y en medio de esa exigencia, también hubo espacio para la esperanza. El exjugador ve en la dupla ofensiva de Raúl Jiménez y Santiago Giménez un punto de partida ilusionante. Les reconoce fuerza, carácter y roce internacional, ingredientes que, si se pulen bien, podrían convertirse en un ataque de temer. Sobre la portería, se inclinó ligeramente por Luis Ángel Malagón como titular, aunque dejando claro que la competencia es sana y que Guillermo Ochoa sigue siendo una presión positiva.
Más allá de los nombres, lo que Kikín exigió fue actitud. Que los jugadores actuales no solo vistan la camiseta, sino que la sientan como si fuera piel. Que hablen, griten, lideren. Que se atrevan a ser referentes. Porque, como él lo dijo entre risas y verdades: "El liderazgo está ahí, solo falta sacarlo".
Y si algo dejó claro su mensaje es que el Mundial está a la vuelta de la esquina, pero la transformación comienza hoy. En los entrenamientos, en los vestidores... y también en los recuerdos de aquellos que alguna vez gritaron con el alma por la Selección.