Visions of Mana.
Desde que era un crío, los JRPG me han acompañado. El primer videojuego al que vicié de verdad fue Final Fantasy VII y, desde entonces, no he podido parar. He disfrutado de todo tipo de experiencias y he visto como el género evolucionaba, pasando desde el clásico sistema por turnos hasta los actuales ARPG, disfrutando en el proceso de mezclas tan extrañas como las barras de carga o los tiempos partidos. Ahora, tras más de dos décadas sin parar de jugar, ha llegado a mis manos Visions of Mana, lo nuevo de Square Enix.
Así es, los también creadores de Final Fantasy y Dragon Quest, entre otros muchos títulos, están a punto de estrenar su nueva obra, y he podido jugarla desde hace unas semanas gracias a que me han cedido una clave. Hoy, con esto en mente, vengo a contaros qué me ha parecido el juego. Ahora bien, antes de empezar, me gustaría destacar un punto: aunque estéticamente parece un JRPG algo más infantil (como sucede a veces con los DQ), esconde tras de sí una historia bastante dura. Así que no, no es un ARPG para niños... Al menos no en su base.
Visions of Mana, el regreso de una saga JRPG con mucha historia
Visions of Mana recupera la esencia básica de la saga a través de una nueva historia algo menos cariñosa de lo habitual. La historia nos ubica en un mundo que no puede existir sin la presencia de un elemento llamado el Árbol de Mana. El problema es que, para mantenerlo con vida, cada cierta cantidad de años, pueblos de todo el mundo deben sacrificar a una serie de elegidos. Estos tienen la tarea de entregarle su alma al árbol para que este recupere su energía para que así pueda asegurarse de que el planeta sigue funcionando.
O lo que es lo mismo, bajo una estética muy simpática, se esconde una historia bastante más oscura. Lo 'peor' de todo es que muchos de los escogidos por el árbol y sus emisarios aceptan de buen grado la tarea, considerando que es todo un honor desprenderse de su alma por el bien de los demás. Lo ven como algo natural y no intentan ponerle remedio. No al menos de manera general, siendo casi un tabú plantear otra idea. Gracias a esto, lo que nos encontramos con un JRPG con un trasfondo bastante siniestro, pero con una narrativa, un estilo audiovisual y unos personajes muy, muy simpáticos, aunque con un diseño inicial algo plano.
El contraste es, cuando menos, muy curioso, aunque tiene su aquel. Todo sea dicho, el apartado gráfico es muy llamativo, aunque esto depende de los gustos de cada uno. Por ejemplo, en mi caso, no es la primera vez que juego a un título de la saga Mana, por lo que estoy muy familiarizado con su estética. Así que sí, me gusta, y disfruto de su dirección artística como el que más. Puede parecer simple, pero lo cierto es que se nota que hay mucho trabajo detrás. Está bien trabajada y, en general, es resultona. No es especialmente espectacular, pero sí que es bastante agradable.
Sucede lo mismo con la banda sonora, aunque en ese sentido no me sorprende. Square Enix suele contar con compositores realmente buenos en sus juegos de rol, por lo que era relativamente esperable que Visions of Mana también sacase buena nota en este apartado. Por lo tanto, sumando a la ecuación las buenas actuaciones de doblaje (lo he jugado con audio en japonés) de sus intérpretes, podemos decir que obtiene buena nota. Eso sí, no podemos decir que la historia sea especialmente rompedora o sorprendente, pues de deja guiar demasiado por los tópicos del género.
Un JRPG esencialmente divertido
Esto es algo que a los amantes del JRPG estamos acostumbrados, pero eso no le resta importancia. Sin más, el argumento está bien construido, pero emplea recursos y utiliza giros de guion que ya nos vemos venir. No podemos decir que, más allá de ciertos elementos, la trama sea especialmente espectacular. Cumple, y se deja querer, pero no marca un antes y un después. Sucede algo parecido con la jugabilidad. En general, Visions of Mana es un ARPG (es decir, un juego de rol con acción en tiempo real) dinámico y ágil.
Es divertido y emplea un sistema de aprendizaje de habilidades, subida de nivel y estrategia bastante propio. Además, es divertido ver la interacción entre elementos junto con su sistema de debilidades y fortalezas. También es interesante, divertido, y se deja jugar con facilidad. Vaya, que es entretenido y resulta fácil mantenerse varias horas enganchado a él. Pese a ello, tampoco aporta nada nuevo, y en realidad es un poco lo de siempre. ¿Significa esto que sea malo? No, ni mucho menos. Si la fórmula funciona, no necesitas cambiarla cada dos por tres. Consecuentemente, puedo decir que Square Enix ha optado por ser algo conservador con este nuevo juego, pero a cambio nos ha dejado con una obra muy interesante.
Y podemos decir que es 'conservador' dentro de la idiosincrasia general del género, ya que dentro de la saga Mana sí que marca un antes y un después. Técnica y jugablemente hablando, Visions of Mana es uno de los mejores títulos que la franquicia ha dado de sí en mucho tiempo. Me ha recordado a sus años dorados, por lo que puedo confirmar que estoy bastante satisfecho con lo que SE ha logrado en su nuevo juego. Vaya, que le he dedicado muchas horas de mi vida durante estos últimos días y no me arrepiento ni lo más mínimo.
De hecho, gran parte de la responsabilidad de que me haya gustado tanto son los Vessels, y es que podemos escoger con que elemento queremos que sean afines unos u otros personajes. Esto altera sus habilidades, características y clases. Por ejemplo, Val, el protagonista (solo he enseñado fotos suyas para que el resto de compañeros sean una sorpresa) puede escoger entre distintos modelos y optar por una clase más del tipo duelista que usa espadas cortas, un lancero de fuego o un caballero rúnico que usa espadas largas. Y así con los tres personajes controlables (los otros dos son de apoyo). Por supuesto, esto también afecta a la manera en la que interaccionamos con ciertos elementos del mundo, lo que hace que se sienta muy rico.
Magia y fantasía en un universo basado en los elementos
Dicho esto, Visions of Mana es un juego que se enriquece de su pasado y construye un mundo cargado de detallitos. Aun sin necesidad de profundizar demasiado en sus ciudades, lo cierto es que la construcción de su universo es más compleja de lo que puede parecer de buenas a primeras. Bien cimentado en un mundo 'semi-abierto' conectado mediante zonas de carga, se explora de manera muy grata. O lo que es lo mismo, tenemos zonas relativamente amplias que podemos ir curioseando, pero no tienen un tamaño ingente.
Personalmente, lo prefiero, ya que no me gusta dedicar horas y horas solo a caminar mientras intento encontrar un secreto u otro. Es más, muchos de estos mismos están marcados en el mapa, y lo único que tenemos que hacer es encontrar el camino. Esto provoca que haya muchas menos horas de juego y exploración muerta, haciendo que la aventura se sienta más dinámica de lo habitual. O lo que es lo mismo, Visions of Mana funciona bastante bien en lo que respecta al funcionamiento del mundo. Sobre todo porque podemos ver a los enemigos de lejos y decidir si queremos pelear o no con ellos.
De hecho, otro detalle que me ha gustado bastante es que los grupos de combate son de tres personajes, pero de manera paralela tendremos a otros compañeros que funcionan como soporte de manera automática. A estos no podemos controlarlos, pero nos echan una mano. Al hacerlo de esta manera, las peleas se sienten algo más orgánicas dentro del hecho de que pueden llegar a ser un poco repetitivas. Más allá de eso, lo cierto es que te dejan con un buen regusto, porque -ante todo- son divertidas. O al menos, como ya he comentado, esa es mi perspectiva. Es lo que yo he sentido mientras disfrutaba de la experiencia.
Con todo esto sobre la mesa, lo que os puedo decir es que he disfrutado de Visions of Mana. No considero que sea, ni mucho menos, el mejor A-JRPG del mercado ni de los últimos años, pero está bastante bien. Tiene muchos detallitos buenos y, en general, el resultado es satisfactorio. Me lo he pasado bien mientras exploraba su mundo y no me arrepiento de haberle dado una oportunidad durante estos últimos días. Vaya, que me ha gustado.
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