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Eva Moral, la triatleta paralímpica que gana medallas embarazada

José A. García
José A. García
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Eva Moral nos abre las puertas de su casa con una enorme sonrisa, la misma con la que recibió a MARCA hace ocho años en el Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo. Entonces, acababa de tener un accidente que le había provocado una lesión medular. Aquel fatídico día llovía, y durante una carrera cicloturista por la sierra de Madrid perdió el control de la bicicleta, se dio contra un quitamiedos y saltó por encima de él.Cayó por un barranco de siete metros y el golpe se lo llevó la espalda. Desde el inicio supo que no volvería a andar, pero en el hospital sonreía hablando de un nuevo futuro ligado al deporte. Hasta entonces lo practicaba como aficionada en los ratos libres que le dejaba su trabajo de abogada en un banco.

José A. García
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"No sabes lo fuerte que eres hasta que no tienes más remedio que serlo", confiesa al recordar el accidente. Al fondo, preside su salón un cuadro con una bailarina que tiene alas sentada en una silla de ruedas. Lo pintó su madre. "Es que Eva hizo ballet de pequeña", explica Rosario. "La silla de ruedas no me cortó las alas", apunta la triatleta mientras lo mira. Al contrario, le hicieron volar más alto.

Eva Moral, la triatleta paralímpica que gana medallas embarazadaALMUDENA RIVERA

La silla de ruedas no me cortó las alas

Eva Moral, triatleta paralímpica

Never give up (Nunca te rindas) se convirtió en su lema de vida y lo lleva incluso tatuado en su muñeca derecha. Desde el principio optó por mirar hacia adelante y marcarse nuevos retos. El mayor: participar en unos Juegos Paralímpicos en triatlón. Su sueño se cumplió el 29 de agosto de 2021. Ese día Eva conquistó el bronce en Tokio, la única medalla que tiene en su casa. El resto las custodia José, su padre.

José A. García
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La pandemia obligó a la triatleta y a Ángel, su pareja y entrenador, a posponer su boda. El vestido de la madrileña sigue colgado en el armario a la espera de fecha, pero lo que ambos tenían claro era el momento de ser padres. "Teníamos muchas ganas y planeamos ir a por el bebé después de Tokio para que me diese tiempo a llegar a los Juegos de París 2024 y poder continuar con mi carrera deportiva", explica la triatleta. Hasta hace unos años parecía que deporte de élite y maternidad eran incompatibles pero casos como los de Teresa Perales, Maialen Chourraut o Teresa Portela, por citar algunas, han demostrado que no es así.

Las primeras medallas de Carmen

Menos de un mes después de los Juegos, Eva se proclamó campeona de Europa en Valencia. "Ahí ya estaba embarazada pero no lo sabíamos", confiesa. Y en noviembre ganó un bronce en el Mundial de Abu Dabi. Había consultado a los médicos antes de ir. "Fue bonito saber que había ganado la medalla con ella dentro", reconoce. Ella es Carmen y está previsto que nazca a mediados de junio. Será, sin duda, su mejor medalla y la más deseada.

Para las deportistas de élite es complicado planear cuándo quedarse embarazadas. "Nunca es buen momento porque siempre hay competiciones. Este año voy a faltar a algunas y tuvimos que hacer numeritos para ver cómo podíamos seguir manteniéndonos arriba en el ranking. Por eso fui al Mundial, para no perder esos puntos", explica.

La principal preocupación de Eva y de Ángel, como todos los padres, es que la niña no tenga ningún problema de salud. "Que venga bien", como se suele decir. Pero cuando hablamos de deportistas de élite hay también otros miedos. "El principal, además de ver si puedo seguir entrenando al nivel que quiero y que la recuperación sea la mejor posible, es volverte invisible por la maternidad. Yo estaba en la cresta de la ola con el bronce paralímpico y temes que al dar la noticia se piensen que voy a dejar mi vida deportiva. Y no es así. Y te planteas si te van a seguir apoyando los patrocinadores. Pero la respuesta ha sido buenísima y estoy muy contenta", dice sonriendo.

Y deja una reflexión: "Parece que cuando tomas la decisión de ser madre te tienes que retirar del alto nivel y a día de hoy no es así. Las mujeres tenemos muchos recursos para mantenernos en forma y volver con mucha fuerza. El apoyo tiene que ser incluso mayor porque es una época difícil para nosotras".

José A. García
José A. García

Me daba miedo volverme invisible por la maternidad

Eva Moral, triatleta paralímpica

Y es una época en la que, como ella misma acaba de decir, se pueden volver "invisibles". "Si no se da visibilidad a la discapacidad en general, imagínate a la maternidad de una persona con discapacidad o incluso a tener pareja. Estamos hartos de que le digan a Ángel que es muy bueno porque está con una persona que tiene discapacidad. Y él les responde que la buena soy yo por aguantarle", cuenta.

"Hay muchos comentarios que te los tomas con sentido del humor pero hay otros en los que te das cuenta de la falta de educación y da pena", reconoce. "A una persona más joven estos comentarios le pueden influir y puede pensar que no tiene derecho a tener relaciones sexuales, una pareja, ser madre o tener una vida plena y normal por tener una discapacidad", insiste.

José A. García
José A. García

Eva reconoce que fue la primera que, tras el accidente, pensó que había muchas cosas que no iba a poder hacer, entre ellas ser madre. "En aquellos momentos lo único que me consolaba era pensar que a mi hija le había pasado esto porque iba a ayudar a mucha gente a salir adelante, como así ha sido. Empezando por uno de los médicos que la trató y que después enfermó. Le dijo que gracias a ella se levantaba por la mañana. Eva es súper luchadora y nos enseña un montón de cosas todos los días. Estamos muy orgullosos de ella y felices de que nos vaya a dar una nieta", reconoce Rosario, su madre. Son uña y carne.

Su familia no pudo acompañarla a Tokio debido a las restricciones por la pandemia pero trasnocharon, como siempre que Eva compite en la otra punta del mundo, para verla. "Estar allí no era sólo mi sueño sino el de mucha gente de mi alrededor. Viví los Juegos muy intensamente, para mí era como si estuviera en Eurodisney", cuenta riendo.

Tuvo la suerte de compartirlos con Ángel, que hizo de handler (asistente en las transiciones). Fue una frase de él la que no paraba de venirle a la cabeza durante la competición. "Hasta el final no des ni por ganada ni por perdida la carrera porque pueden pasar muchas cosas". Y así fue. En el segmento de ciclismo se le cayó uno de los pies -van atados- "y no sé ni cómo me lo subí", recuerda. También se le rompió la cadena. En la última vuelta le avisaron de que la cuarta iba muy lejos y rompió a llorar. "La medalla hizo que mereciese la pena todo y me dio más motivación para seguir", reconoce.

El deporte cambia la percepción de la discapacidad

Ese bronce ha cambiado la percepción de la gente hacia ella. "El deporte me lo quitó todo pero también me lo ha dado todo. No entiende de discapacidad, en el momento en el que te pones a competir, gana el mejor y nos pone a todos por igual, al mismo nivel", dice. "Y tras los Juegos, para la gente he pasado de ser la chica en silla de ruedas a la medallista paralímpica. Ahora cuando la gente me para por la calle es para felicitarme por la medalla y no para preguntarme si necesito ayuda", reconoce con orgullo.

He pasado de ser la chica en silla de ruedas a la medallista paralímpica

Eva Moral, triatleta paralímpica

Ahora su día a día, embarazada de algo más de cinco meses y medio, transcurre más en casa que en la calle porque ha tenido que ir adaptando los entrenamientos según la fase del embarazo. La piscina, que tan poco le gustó cuando probó a nadar por primera vez en el Hospital de Parapléjicos de Toledo, es ahora el medio en el que más disfruta y más cómoda se siente en el embarazo. Va todos los días por la mañana.

La "carroza del infierno", como bautizó a la silla de atletismo en sus comienzos, ha tenido que dejarla por completo porque la postura -de rodillas y doblada hacia adelante- no era recomendable para el feto. "Sentía que estaba espachurrando al bebé", explica Eva Moral. Ahora hace ejercicios de fuerza para mantener los grupos musculares que utiliza en el atletismo.

Los entrenamientos en carretera con la handbike -bici en la que va tumbada y pedalea con las manos- los hace ahora en casa "por seguridad". Ha colocado el rodillo y ha subido las bielas según ha ido aumentando su tripa.

José A. García
José A. García

Entrenamientos de una MAMIfit

A los entrenamientos de triatlón ha añadido trabajo específico de suelo pélvico y de la zona abdominal supervisado por MAMIfit. "El deporte es importante en todas las etapas de la vida pero en el embarazo somos más conscientes. Los entrenamientos hay que personalizarlos en función de la semana del trimestre en el que esté y de otra serie de casuísticas, pero en términos generales las embarazadas tienen que trabajar mucho el core, el suelo pélvico, la faja abdominal, la postura y la respiración para que luego la recuperación sea mejor y más corta", explica Raquel López, entrenadora personal y directora general de MAMIfit.

"Como de cintura para abajo no siente, en ella hay que trabajar, sobre todo, la diástasis -cuando los músculos rectos del abdomen se separan en exceso y se daña el tejido conectivo que los envuelve- porque es el punto más débil. Tenemos que trabajar mucho la respiración y con un aparatito que se llama winner flow (lo tiene Eva en la boca en la imagen de la izquierda) controlamos que la presión no vaya todo el rato hacia esa zona", añade. "Nuestro objetivo es que lleve el embarazo lo mejor posible pero, sobre todo, que su recuperación sea muy rápida y buena para que pueda volver a competir al mismo nivel que estaba antes del embarazo".

Porque Eva, que está deseando ver la cara de la pequeña Carmen, mira ya a los Juegos de París 2024.

Realizado por UE STUDIO

Este texto ha sido desarrollado por UE Studio, firma creativa de branded content y marketing de contenidos de Unidad Editorial, para Eva Moral