Por qué la Semana Santa cae en diferentes fechas cada año: qué días exactos murió y resucitó Jesucristo

Cada año surge la misma duda cuando uno mira el calendario y trata de anticipar los días clave de la Semana Santa: ¿cuándo es Domingo de Ramos, Viernes Santo o, por ejemplo, Domingo de Pascua? Estas fechas fluctúan cada vez y los días exactos nunca coinciden, y es que todo tiene varios condicionantes que se deben tener en cuenta a la hora de dilucidar la razón por la que esta celebración cambia.

La explicación se resume en que la Semana Santa está vinculada al calendario lunar y el equinoccio de primavera, por lo que nunca coinciden los mismos días de un año para otro. El esperado Domingo de Resurrección, por ejemplo, se enmarca como el primer domingo después de la primera Luna llena de la primavera.

En todo ello cobra una gran importancia el concilio de Nicea I en el año 325 d.C, un momento culmen para toda la comunidad eclesiástica. Fue en ese encuentro cuando se decidió por parte de la Iglesia que, a diferencia de la Pascua judía, la conocida Pascua de Resurrección y, en concreto, su fecha, debía seguir ciertas reglas.

Todas las fechas clave de la Semana Santa

Por un lado, esta nunca puede ser previa al 22 de marzo ni tampoco posterior al 25 de abril. Este 2025 es uno de los casos más llamativos en ese sentido, y es que se celebra nada menos que casi un mes más tarde respecto a 2024. El Domingo de Pascua tendrá lugar este 20 de abril, mientras que en el año anterior se festejó el 31 de marzo.

Pese a que ya se ha celebrado el Domingo de Ramos, aún quedan por delante varias jornadas intensas y de muchas emociones para todos los amantes de la Semana Santa. Sin ir más lejos, aún restan tanto Jueves Santo como Viernes Santo, así como el Domingo de Pascua y, en algunas comunidades, también será festivo el lunes, 21 de abril, con motivo del Lunes de Pascua.

Sea como fuere, estas fechas serán completamente opuestas para el año 2026, y es que, como mencionamos anteriormente, la Semana Santa cambia por completo en el calendario gracias a su conexión con la Luna y el equinoccio de primavera, lo que da lugar a estas fluctuaciones de un año para otro.