En la cultura popular es muy habitual observar cómo la mayoría de la ciudadanía puede llegar a creer que la leche es muy beneficiosa para la salud de los gatos. Nada más lejos de la realidad, pues puede llegar a ser uno de los alimentos más difíciles de digerir para estos animales. Incluso, en algunos casos extremos, puede llegar a causar un problema de salud a estas mascotas.
La mayoría de los gatos, especialmente los adultos, son intolerantes a la lactosa, lo que significa que no pueden digerir adecuadamente este complemento de la leche. Muchos gatos pierden la capacidad de producir suficiente lactasa cuando dejan de ser gatos pequeños. Al no poder procesar la lactosa, esta permanece en el sistema digestivo y puede causar diarrea, gases o malestar estomacal.
Los expertos, en caso de querer darle leche por el propio gusto del animal, recomiendan optar por las leches especiales para gatos que no contienen lactosa y son seguras para su consumo. Deben ser cantidades mínimas para no provocar sobrepeso en el animal. Aunque también recuerdan que es muy importante que la mayor parte de su hidratación debe provenir del agua.
Cuál es la mejor dieta para un gato
Una dieta adecuada y equilibrada para un gato debe cumplir con sus necesidades nutricionales específicas. Estas se cumplen con, por ejemplo, los siguiente alimentos:
Proteína animal (80% de la dieta):
Pollo cocido (sin piel ni huesos).
Pavo, conejo, ternera o cordero cocidos.Pescado (cocido, sin espinas, y con moderación).
Vísceras (corazón, hígado): Son esenciales, pero en pequeñas cantidades. El hígado es una fuente rica en nutrientes como la vitamina A y taurina.
Grasa animal (5-10%): Un poco de grasa animal es esencial para una piel y pelaje saludables.
Suplementos esenciales: Si das comida casera, deberás añadir suplementos como:
Taurina: Nutriente vital para la salud cardíaca y ocular.
Aceite de pescado: Fuente de ácidos grasos omega-3 para mantener su piel y pelaje.
Suplementos vitamínicos: Que incluyan calcio, fósforo y otros micronutrientes.
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