Con 142 años de historia a sus espaldas, Alpina cuenta con un patrimonio más rico de lo imaginable. Un ejemplo de ello es el Tropic-Proof, una pieza Alpina por excelencia de mediados de la década de 1960 que encarna el reloj del aventurero. Con una caja ultrarrobusta fabricada por el maestro François Borgel, un movimiento Swiss Made (que incluso entonces tenía una reserva de marcha de dos días) y un diseño centrado en la legibilidad, allanó el camino para los relojes Alpina de hoy.
Ahora, la marca ha realizado el más fiel de los homenajes: dos versiones de la pieza con, como antes, esfera blanca o negra, caja de acero de 34 milímetros, agujas Dauphine y movimiento manual, montadas sobre una correa de Alcantara.
En 1965, veinte años después de la Segunda Guerra Mundial, una nueva generación nació en un mundo en gran medida en paz y accesible, con nuevos medios de transporte mucho mejores que los trenes de vapor característicos de la primera mitad de ese siglo.
Los vuelos transatlánticos se convirtieron en rutina, permitiendo a los europeos viajar hacia el oeste; no es casualidad que la primera película de James Bond (estrenada en 1962) estuviera ambientada en Jamaica o que, dos años más tarde, la acción de Goldfinger transcurriera en México. Al mismo tiempo, el a Oriente, África, Asia y las naciones meridionales -muchas con climas tropicales- también se abrió como nunca antes para quienes buscaban nuevos horizontes.
El original ADN de Alpina
En aquella época, en lugar de especializarse en un campo concreto (como los relojes de buceo), Alpina optó por centrarse en la fabricación de relojes resistentes a precios asequibles, capaces de soportar climas tropicales y aptos para aventureros y trotamundos.
Legibilidad óptima preparada para la aventura
La designación Tropic-Proof también exigía el uso de algunos de los mejores calibres suizos, como el movimiento de cuerda manual 598R de Alpina. Diseñado en la década de 1950 y utilizado ininterrumpidamente desde entonces, en 1965 se había convertido en sinónimo de fiabilidad y robustez.
El nuevo dúo Tropic-Proof
Para estas dos reediciones, Alpina ofrece los mismos colores que en las esferas heredadas: blanco y negro. Aunque las agujas Dauphine pulidas a mano tampoco han cambiado respecto a la edición de 1965, se ha aplicado un revestimiento luminoso en lugar del tritio original. Los índices horarios también se han reproducido fielmente.
Calibre de carga manual con reserva de marcha de 42h
El corazón de estas dos ediciones ilimitadas es el calibre AL-480, de cuerda manual, igual que en la primera iteración del reloj, con una reserva de marcha de 42 horas. En homenaje al fondo de caja macizo del original (diseñado para garantizar la estanqueidad del Tropic-Proof de 1965), la edición 2025 utiliza exactamente el mismo tipo, con la discreta adición de la palabra "Heritage".
Tropic-Proof, orígenes misteriosos...
Fue en este contexto cuando Alpina ideó el diseño Tropic-Proof. La fecha exacta es difícil de precisar; conceptos como colecciones, gamas, líneas de productos e inventario estaban mucho menos definidos en aquella época. La historia registra un lanzamiento oficial en 1968, pero hay pruebas de que el nombre "Tropic-Proof" se utilizó desde principios de la década de 1960; un análisis cuidadoso de los números de serie 760XXX-809XXX sugiere que la producción comenzó en 1965.
Las dos nuevas versiones que se presentan hoy son dignas herederas de esta aventura relojera. Alpina ha querido ser fiel a su legado, ya que se trata de la primera nueva edición del Tropic-Proof desde 1965.
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