Cataluña es una de las regiones más importantes del país gracias a un territorio tan diferente como sobresaliente. Quizás la zona que más destaca por encima del resto es la costa, que genera una fuerte atracción para el turismo que visita este lugar del noreste peninsular.
La Costa Brava es un lugar privilegiado que esconde rincones maravillosos. Allí se encuentra el golfo de Rosas, un entrante del Mar Mediterráneo en la provincia de Gerona. Concretamente, se localiza en la comarca del Alto Ampurdán. Desde la península del Cabo de Creus y el macizo de Montgrí, hay 15 kilómetros que forman una larguísima playa de arena. Con un clima mediterráneo, los veranos son cálidos y los inviernos suaves, por lo que es un gran destino para el turismo.
En cada extremo encontramos Roses y Empúries. En el centro tenemos la localidad de Castelló d'Empúries, que brilla por su patrimonio arquitectónico con monumentos como la gran basílica gótica de Santa María, la antigua lonja, el puente medieval y los antiguos casones y conventos. Las playas de esta costa se caracterizan por aguas poco profundas que son ideales para las familias con niños y mayores y muy buenas para deportes como la vela.
Un lugar con pasado griego y romano
El turismo ha tenido una gran influencia en municipios como El Salatar o Santa Margarida. Hay otros pueblos como L'Escala, una población marinera con una larga tradición pesquera que es la puerta de entrada del yacimiento arqueológico de Empúries, uno de los más importantes del país.
Los griegos fueron los que se asentaron en este territorio hacia el 600 a.C. tras la fundación de Marsella. La influencia en lugares como Sant Martí d'Empúries es muy destacada. Igualmente, en este punto hay un impacto de los romanos y se puede comprobar en el Museu Castelló d'Empúries o en la Basílica de Santa María d'Arqueologia de Catalunya-Empúries.
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