El pasado fin de semana aún está muy reciente para todos aquellos pasajeros que vieron cómo sus trenes sufrieron un retraso muy considerable cuando otro que viajaba de Chamartín a Atocha sufrió un descarrilamiento. Con el caso a punto de cerrarse, una vez se ha descubierto lo ocurrido, los afectados siguen demasiado enfadados, por unas circunstancias, dicen, que se producen cada vez más a menudo.
Desde Renfe han hecho todo lo que estaba en su mano para que estos pasajeros, de una forma u otra, no salgan perjudicados por lo ocurrido el pasado fin de semana. A pesar de que la corriente de críticas y pensamientos negativos hacia la empresa es cada vez mayor, hay quien aún resiste y no duda en ensalzar el trabajo de sus empleados en una situación complicada y de descontrol absoluto.
La experiencia gratificante de Gonzalos Bernardos a bordo de dos trenes de Renfe
Gonzalo Bernardos ha expresado su felicidad con el tratamiento que ha recibido en todo momento por los trabajadores de Renfe y no duda en contar su experiencia personal en dos ocasiones en las que se vio perjudicado. El economista cree que el trabajo de estos empleados está bien hecho, dados los contratiempos que pueden llegar a surgir.
“Un día perdí el móvil en el AVE y me di cuenta al salir en la estación de Sants (Barcelona). Fui al servicio de atención, la empleada llamó al jefe del tren, lo encontró, me informó enseguida y me lo trajo cuando acabó el servicio. Un 15 sobre 10”, relata sobre el primer infortunio que tuvo que vivir a borde de un tren de Renfe.
El segundo de los percances ocurrió el pasado fin de semana y así cuenta Bernardos cómo los empleados de Renfe ayudaron en todo momento. “El sábado pasado sufrí un gran retraso por el descarrilamiento de un tren cerca de Atocha. La jefa de mi AVE nos informó en todo momento y se preocupó por los pasajeros como jamás había visto. Ni una protesta y aplausos para ella cuando llegamos a Atocha”, sentencia.
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