Aryna Sabalenka se había puesto toda la presión del mundo en la previa al confesar que se sentía "como una madre jugando con una niña" en el momento de afrontar la final del WTA 1000 de Indian Wells con Mirra Andreeva.
La rusa, de 17 años, nueve menos que su rival, ha hecho historia este domingo en la central del Tennis Garden al derrotar a toda una número uno mundial para levantar su tercer trofeo como profesional. Es el segundo consecutivo tras el obtenido en Dubái. Su regularidad la sitúa como líder en partidos ganados en 2025: 19.
Andreeva fue de menos a más en la final hasta cerrar un marcador favorable de 2-6, 6-4 y 6-3. La tenista afincada en Cannes le prometió a su entrenadora Conchita Martínez que iba a ganar. Y lo hizo. La aragonesa se quedó por dos veces a las puertas, en las ediciones de 1992 y 1996. Acabó de rodillas sin poder contener la emoción del momento.
Más vale maña que fuerza se autoconvencía Mirra, que ni tan siquiera ha cumplido la mayoría de edad. A fuerza bruta no iba a ganar a Sabalenka. Lo comprobó en el último precedente entre ambos en los octavos del Open de Australia.
Si hubiera tenido tu equipo a tu edad seguro que sería mejor jugadora
La más joven del siglo
La flamante campeona se aplicó en la táctica y en explotar el nerviosismo de su condecorada adversaria. Es la tercera jugadora más precoz en reinar en el desierto californiano, sólo por detrás de Martina Hingis (1998) y Serena Williams (1999). Y la más joven en triunfar en el siglo XXI.
La diferencia entre Hingis, Serena y Andreeva es que esta última ha tenido que pasar por encima de Elena Rybakina (7), Iga Swiatek (2) y Sabalenka (1). Sólo Tracy Austin había derrotado a las dos primeras del ranking a más temprana edad en semifinales y la final de un evento WTA.
En los últimos 40 años, Jennifer Capriati (Monica Seles, San Diego 1991) y Gabriela Sabatini (Steffi Graf, Boca Raton 1988) habían sido las úbicas capaces de remontar un set en una final contra la número 1.
La bielorrusa, además, había llegado a la cita con la moral por las nubes y muy descansada, no en vano se había dejado un solo juego en las semifinales del viernes con Madison Keys. Era la revancha de la final del grande de las Antípodas.
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