La lacra de los apostadores groseros e irrespetuosos no se limita sólo al acoso en redes. Si normalmente son recurrentes las quejas de deportistas en redes sociales acerca de los insultos que les llegan por esta vía por parte de seres frustrados que les achacan a ellos sus errores en los pronósticos, en el Grand Prix de Madrid se está viendo estos días que estas personas no vacilan en exhibir en público su zafiedad, creyendo quizá que tienen derecho a ello.
En el torneo masculino ayer finalizado, un Challenger de gran calidad, con sede en el Club de Campo Villa de Madrid, los tenistas tuvieron que sufrir los desmanes de unos personajes que a medida que avanzaba el torneo no se limitaron a animar a sus favoritos sino que también insultaron a quienes podían hacerles fracasar. Norbert Gombos, de hecho, se encaró con ellos tras su derrota en las semifinales.
¿Esto es normal? ¿Van a seguir así todos los partidos? Porque subo y les pego un raquetazo
Pero este torneo tiene continuidad con el Grand Prix Open Villa de Madrid, un torneo ITF femenino de categoría W100 igualmente de gran calidad, en el que entre otras tenistas están presentes Mayar Sharif, 67 WTA; dos representantes del tenis español en ascenso como Leyre Romero y Marina Bassols, o las del equipo nacional Giomar Maristany e Yvonne Cavallé-Reimers, recientes ganadoras en la fase de cuartos de BJK Cup con la selección española. Y los apostadores han perseverado en sus 'costumbres'.
No se han hecho esperar demasiado. En la fase previa del torneo está participando la sa Aravane Rezai, que en 2009 fue la primera vencedora del Mutua Madrid Open derrotando en la final a Venus Williams. A sus 38 años sigue en activo, es la número 816 de la WTA y está disputando la fase previa el torneo.
Pues durante su encuentro con la española Ruth Roura, que acabó ganando 2-6, 6-2 y 6-3, paró el encuentro quejándose al árbitro de que varias personas del público la habían insultado gravemente -los insultos fueron audibles- y negándose a jugar si no eran expulsados de la pista. Incluso preguntó al juez de silla "¿Esto es normal? ¿Van a seguir así todos los partidos? Porque subo y les pego un raquetazo".
La presencia del supervisor del torneo, el británico Tom Kinloch, que se presentó en las pistas y se situó en las cercanías de los alborotadores, fue suficiente para que estos se callaran. Pero está por ver cómo será el desarrollo del torneo durante la semana y si la legislación permite que el torneo tome las medidas oportunas con este tipo de personajes.
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