Saúl Craviotto, que en los Juegos de París sumó su sexta medalla olímpica tras ganar el bronce con el K4 -junto a Germade, Cooper y Arévalo-, dio un clinic a los más pequeños en el Club Mediterráneo de Málaga. El palista, que dio las directrices para que los niños disfrutaran en la piscina cubierta de las instalaciones -dadas las inclemencias meteorológicas-, recordó la final olímpica y el bronce que suma a su currículum deportivo.
Así, Craviotto aseguró que "han pasado ya unas semanas desde el bronce. Estoy feliz, nos ha merecido la pena el esfuerzo. Sé el peaje que hay que pagar, hay mucho trabajo detrás que debe aflorar en un momento y cuando logramos una medalla es una alegría".
Aunque ahora está inmerso en homenajes, reconocimientos y charlas, el palista ha comenzado la pretemporada, aunque aún sin coger la piragua. Porque Craviotto no ha puesto fecha a una posible retirada. "Estoy en fase de análisis y reflexión, pero no descarto Los Angeles", afirmó. "Sé el peaje que hay que pagar. La clave es tener un propósito y el Mundial del año que viene lo veo más cerca, es una luz al final del túnel. Así que iremos viendo trimestre a trimestre".
Sé el peaje que hay que pagar. La clave es tener un propósito y el Mundial del año que viene lo veo más cerca
El palista, que animó a los niños a practicar actividad física, itió que conciliar, ya que tiene familia numerosa, es cada vez más difícil, aunque intenta pasar el mayor tiempo posible con los suyos. "Es el mayor problema en esa balanza", explicó. "Ser un papá y marido olímpico es complicado, pero intento no pasar tanto tiempo fuera".
Craviotto, que se ha tatuado el logo de París en la espalda, guarda sus medallas en una vitrina, en la que también tiene su primer trofeo. "Lo gané con 8 años y lo guardo en esa vitrina, junto a las medallas olímpicas. Es un trofeo importante para mí", recordó.