Hoy no es un día cualquiera. Hoy puede ser un punto de inflexión en la historia reciente del FC Barcelona. Desde 2015, desde aquella mágica noche en Berlín, el Barça no ha estado tan cerca de una final de Champions. Y ahora lo está. Y lo está con todo merecimiento.
No será fácil, porque San Siro impone, y porque el Inter de Milán es un rival con galones europeos y una plantilla preparada para noches como esta. Pero si algo ha demostrado este Barça de Hansi Flick es que ha vuelto la competitividad, el hambre, y sobre todo, la fe.
La afición vuelve a confiar. No hay miedo, hay esperanza. Porque este equipo ya le ha ganado tres veces al Real Madrid esta temporada, porque eliminó al Bayern de Múnich con personalidad, y porque cada vez que ha tenido que dar un paso adelante en Europa… lo ha dado.
El Barça llega con bajas, es cierto. Pero también llega con una idea clara, con un plan, con futbolistas comprometidos y con Lamine Yamal dispuesto a romper todo lo que queda por romper en Europa.
Si mantiene su identidad, puede acercarse como nunca al sueño de Múnich
Si el Barça juega a lo que sabe, si mantiene su identidad y no se deja llevar por el vértigo de una semifinal, esta noche puede acercarse como nunca al sueño de Múnich. Sí, he dicho Múnich. No Berlín. Porque lo que empezó como una ilusión, esta noche puede convertirse en una certeza.
Comentarios