- Radio MARCA. Joan García ha elegido su camino... pero choca haberle visto dando besos al escudo del Espanyol
La afición del Espanyol vive días de sentimientos encontrados tras la inminente salida de Joan García rumbo al Barça. José Manuel Acosta, vocal de la Federación Catalana de Peñas del club blanquiazul, expresó en Radio MARCA el malestar del entorno perico, subrayando que el problema no es solo el fichaje, sino cómo se ha producido. “Lo que ha molestado no es que Joan se vaya, sino lo que hizo tras el último partido”, afirmó con rotundidad.
La afición ya asumía su marcha, pero no que fuera al Barça
Según Acosta, dentro del Espanyol muchos ya daban por hecho que Joan abandonaría el club este verano, pero lo que ha encendido los ánimos ha sido su destino. “Que se vaya al eterno rival, al vecino que si pudiera nos vería desaparecidos, eso duele”, aseguró. Más que una traición deportiva, el sentimiento general es de decepción emocional por lo simbólico del traspaso.
El vocal también recordó cómo el fútbol moderno, con las sociedades anónimas deportivas, ha normalizado que todo esté en venta, incluidos los jugadores. Aun así, señaló que “hay cosas que siguen doliendo al aficionado de a pie, y esta es una de ellas”.
Críticas al seleccionador por el papel en el traspaso
Otro de los focos del enfado perico, según Acosta, es la actuación del seleccionador nacional. “La gente está más enfadada con Luis de la Fuente que con el propio jugador”, lanzó. Y es que, según explicó, si Joan hubiera sido convocado por España, el Espanyol habría recibido cinco millones más por su traspaso, una cifra vital para las aspiraciones económicas del club.
“El seleccionador no está para beneficiar a un club”, le replicaron durante la entrevista, pero Acosta insistió: “Todo el mundo sabe que cuando Joan esté en otro equipo, aunque sea suplente, irá a la selección”. Para muchos seguidores, la ausencia del portero en la lista nacional ha influido directamente en el desenlace del caso.
Joan debe decidir si quiere ser un Canito o un Soler
El dirigente de las peñas fue más allá y planteó el dilema que, a su juicio, marcará el legado de Joan García. “Joan tiene que decidir si quiere ser un Canito o un Soler”, dijo, evocando a dos jugadores que pasaron por situaciones similares: uno, recordado con respeto; el otro, con distanciamiento. “Canito se fue al Barça pero nunca renegó del Espanyol. Soler, en cambio, ha echado pestes del club que lo formó”, comparó.
Acosta advirtió que lo que ocurra a partir de ahora será clave para definir el recuerdo que deje Joan entre los pericos. “Todos sabemos que se va a ir, la clave es cómo lo haga y cómo se comporte después”, remató.
Un regreso complicado a Cornellà
Sobre una posible vuelta de Joan García al estadio perico ya como jugador del Barça, Acosta no se anduvo con rodeos: “No se lo recibirá con flores ni música, se lo recibirá como lo que es: jugador del otro equipo de la ciudad”. Sin prever un recibimiento hostil, sí adelantó que será tenso y con pitos. “No se le va a aplaudir. Forma parte de un rival, ni más ni menos”.
Para terminar, el representante de la afición lamentó que Joan se haya expuesto con declaraciones desafortunadas justo tras el partido de la permanencia. “Si sabía que se iba al Barça, no hacía falta que se besara el escudo ni dijera que no se iba a ir”, criticó. En definitiva, el fondo del enfado parece más relacionado con los valores y las formas que con el negocio del fútbol en sí.
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