Si alguien pensó que Lionel Messi se iba a perder la gran fiesta del Super Bowl LIX, claramente subestimó el poder del astro argentino... y de un buen jet privado. Tras disputar el partido amistoso entre el Inter Miami y el CD Olimpia en Honduras, el campeón del mundo hizo un sprint digno de una final de Champions para aterrizar justo a tiempo en Nueva Orleans y presenciar el espectáculo más grande del deporte estadounidense.
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La noche previa al Super Bowl, Messi se puso los botines para enfrentar al Olimpia en el Estadio Olímpico Metropolitano de San Pedro Sula como parte de la gira internacional de pretemporada del Inter Miami. El equipo de la MLS, comandado por Javier Mascherano, sigue preparándose para una temporada en la que todas las miradas están puestas en el número 10 y sus compañeros de lujo, como Luis Suárez, Jordi Alba y Sergio Busquets.
El viaje de Messi de San Pedro Sula a Nueva Orleans
A pesar del partido en suelo hondureño, el itinerario del capitán argentino fue meticulosamente planeado para que, apenas terminara el encuentro, abordara un vuelo privado directo a Nueva Orleans, donde se celebra el Super Bowl LIX en el Caesars Superdome. Porque si hay alguien que sabe moverse con precisión milimétrica dentro y fuera de la cancha, es Lionel Andrés Messi.
El partido en Honduras concluyó con gol de la 'Pulga' en la victoria por 5-0, y en cuestión de minutos, Messi y su séquito ya estaban en camino al aeropuerto. Con un avión privado esperando y todos los permisos listos, el ídolo rosarino despegó rumbo a Nevada con la misma velocidad con la que esquiva defensas en la cancha.
El vuelo entre San Pedro Sula y Nueva Orleans toma aproximadamente cinco horas, por lo que el tiempo jugó a favor del astro argentino. Una vez en suelo estadounidense, Messi se dirigió directo al Caesars Superdome, donde se le vio relajado y disfrutando del espectáculo previo al kickoff, listo para ver la acción del gran partido de la NFL.
La desconocida afición de Messi por la NFL
Con esta aparición en el Super Bowl, Lionel Messi reafirma que su influencia trasciende cualquier frontera deportiva. No solo es un ícono del fútbol mundial, sino una figura de impacto global capaz de generar revuelo en cualquier evento de talla internacional.
Ahora, mientras disfruta del enfrentamiento por el trofeo Vince Lombardi, queda la duda: ¿Será que algún día lo veremos lanzar un pase de touchdown? Con Messi, nada es imposible.
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