No podía ser otro. Claro, Helmut Marko tenía que tomar protagonismo cuando Red Bull todavía no ha anunciado oficialmente el futuro de Checo Pérez. Y lo hace como siempre, dejando caer que el mexicano no va a seguir. Tampoco lo dice con rotundidad, pero eso es lo peor, cuando las cosas no son claras. Ha sido la manera de actuar de Marko con el piloto mexicano en estos años. Verstappen siempre ha estado en un pedestal para él y Checo ha sido alguien que molestaba cuando peleaba de tú a tú con su piloto preferido.
El asesor de Red Bull anuncia que habrá cambios. Blanco y en botella. Si Verstappen es intocable. ¿Quién es el damnificado? Pues lógicamente Checo salvo sorpresa inesperada. Todos sabemos que la salida del mexicano de Red Bull es, salvo milagro, la crónica de una muerte anunciada, pero quizá Helmut Marko habría estado mejor calladito. No es momento para lanzar ese tipo de mensajes, cuando sabes que Sergio está viviendo una espera incómoda y tiene pendiente una reunión para aclarar su situación.
Pero es que Helmut Marko siempre ha actuado de una manera extraña con Checo, que pocas veces ha recibido el cariño y el apoyo de este asesor de Red Bull. Más bien al contrario. Ahora también tiene que soportar que sea él quien anuncie cambios cuando todo se debe solucionar en unos días.
Checo, al margen de que este año no ha estado al nivel, ha tenido que soportar que le pusieran muchas piedras en su camino desde dentro de Red Bull y uno de los que más ha contribuido a ello ha sido Helmut Marko, que ha vuelto a equivocarse una vez más. Lo dicho, habría estado mejor calladito.