Por fin Checo ha vuelto a ser el mejor Checo. El mexicano acabó séptimo después de una enorme remontada, ya que partió decimosexto y con todo el tremendo peso de lo sucedido en la calificación. Esta vez Sergio hizo una carrera casi perfecta y fue superando a rivales con todas las de la ley. Era casi imposible quedar más arriba por las circunstancias, pero su pilotaje fue impecable y la demostración para sus jefes de Red Bull, también.
Además, ha logrado seis valiosos puntos después de lo vivido el pasado sábado, cuando prácticamente parecía un milagro que lograra conseguir uno solo para su equipo. Si lo comparamos esta vez con Verstappen, Checo ha sido mucho mejor en Hungría. El neerlandés acabó quinto, perdiendo dos posiciones con respecto a la parrilla de salida y viéndose envuelto en varios incidentes que casi le dejan fuera de la carrera. Al final sólo ha sacado cuatro puntos más que Checo, una diferencia ínfima tras lo que sucedió el sábado.
Esta carrera sí le sirve a Checo para reivindicarse. Su gran error fue el sábado con esa salida de pista que le condenó a quedar fuera en la Q1, pero este domingo ha recuperado sensaciones y ha mostrado su mejor cara. Ahora habrá que esperar a la reacción de Red Bull, pero el mexicano se ha ganado los elogios. Esta vez el que ha fallado, aunque haya quedado por delante, ha sido Max, así que tanto Helmut Marko como Horner deben cambiar el objetivo de sus críticas. Que le den un respiro a Sergio Pérez.
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