Jenni Hermoso habla en Juicio: "Siento que desde ese momento (el beso de Rubiales) no vivo libremente"

Jenni Hermoso fue la primera persona en declarar en el juicio por el 'caso Rubiales' en la sede de la Audiencia Nacional. La futbolista de Tigres, protagonista del beso no consentido por el expresidente de la RFEF, fue la primera en llegar a la sede judicial y compartió sala con los cuatro acusados: Luis Rubiales, Jorge Vilda, Rubén Rivera y Albert Luque.

A pesar de esto, la jugadora no tuvo reparos en detallar todo lo acontecido desde el 20 de agosto de 2024, cuando la selección española se proclamó campeona del mundo en Sídney, hasta el día de hoy. "Aquello me cambió la vida", confesó la protagonista, que relató diferentes capítulos de su relación con los mencionados.

Jenni Hermoso relata lo sucedido con Luis Rubiales el día que España fue campeona del Mundo

Jenni comentó que la idea de denunciar los hechos "desde el primer día".

"Yo hablé con mis abogados y mi agencia y el proceso se inició antes de la llamada de la Fiscalía", señaló la protagonista, que relató una vez más lo vivido el día de autos.

"Tocaba el pasillo de saludar a las autoridades. Saludé a la Reina, a la hija. Lo siguiente fue encontrarme con Luis Rubiales. Nos abrazamos y le dije: 'La que hemos liado'. Él pegó un brinco y me dijo: 'Hemos ganado el Mundial gracias a ti'. Lo siguiente fue sus manos en mis orejas y el beso en la boca. Cuando eso ocurre ya no oigo ni veo nada", expuso quien dijo que fue algo "inesperado" y que se dio "con una efusividad con la que yo no pude reaccionar en ningún momento".

"Sentí que estaba fuera de contexto totalmente y sabía que me estaba besando mi jefe y esto no debe ocurrir en ningún lado", subrayó. "Me sentí poco respetada. Fue un momento que manchó uno de los días más felices de mi vida. Para mí es importante decir que nunca busqué ese acto y ni mucho menos me lo esperé. Se me faltó al respeto", añadió.

Alexia Putellas e Irene Paredes, primeras en escuchar incomodidad de Jenni Hermoso

La campeona del mundo apuntó que se lo hizo saber a sus compañeras, Irene Paredes y Alexia Putellas, lo ocurrido minutos antes. "En la tarima me encontré a Alexia y le dije: 'Hostia tía, me ha besado Rubiales en la boca'. Y ella me dijo: '¡Qué fuerte!'. Y ahí se quedó algo disperso", recordó. Según contó la protagonista, Jenni pudo comentárselo también a su hermano, Rafa Hermoso, presente en el estadio olímpico. "Le dije que si algún periodista le preguntaba sobre el beso que no dijera nada, que quitara hierro al asunto porque si decíamos cualquier cosa se iba a quitar el foco a lo que habíamos conseguido", relató.

La fiesta del éxito conseguido pasó del verde al vestuario y el beso fue momento. "Había música, comida, bebida... Me llamó Ana Álvarez para que saliera del vestuario porque el presidente quería hablar conmigo. Salí. Hablamos en uno de los pasillos del estadio. Él me dijo que se estaba hablando mucho del tema en redes sociales, que se estaba liando y que podíamos pararlo. Yo le dije: 'Es que te va a caer porque lo que has hecho no está bien'. Él me dijo: 'Ha sido la efusividad del momento, ya sabes...'. Pero yo le respondí: 'Pero tú ya sabes lo que has hecho'", afirmó.

Jenni Hermoso, de Tigres Femenil, recuerda cómo desde el momento 1 lel beso de Rubiales no le pareció correcto

La celebración continuó en el hotel. A la salida, Hermoso atendió a la Cadena Cope, donde preguntada por lo ocurrido la jugadora quitó hierro al asunto. "Estaba en modo campeona del mundo y nadie me iba a quitar la alegría de celebrar lo que nos estaba pasando. Quise quitarle importancia porque cualquier cosa que dijera en ese momento iba a restarle importancia a todo el logro que habíamos conseguido", apuntó.

Cómo actúo no es el reflejo de lo que estoy sintiendo. Por dentro sigo sintiendo rabia, frustración, enfado... es algo que me estaba haciendo daño y me estaba borrando mucha parte de toda mi celebración

De ahí la selección puso rumbo al aeropuerto en autobús, donde se han visto vídeos donde las jugadoras cantaban y bromeaban con lo ocurrido.

"El que ha salido es un vídeo editado. A mí me enseñan un meme con un montaje del beso de Sara Carbonero e Iker Casillas con el beso que me dio Luis Rubiales. Me río porque es un meme, pero no le quito importancia a lo que estoy sintiendo. Cómo actúo no es el reflejo de lo que estoy sintiendo. Por dentro sigo sintiendo rabia, frustración, enfado... es algo que me estaba haciendo daño y me estaba borrando mucha parte de toda mi celebración", señaló. Todo, hasta que un mensaje de Irene Paredes dio carpetazo a las chanzas. Yo estaba haciendo lo que el corazón me decía en ese momento. Era campeona del mundo y un momento para disfrutar. Seguía bebiendo, comiendo... Quería emborracharme, lo que cualquier futbolista hace después de ser campeona del Mundial. Hubo un momento en el que Irene dijo: 'Oye chicas, vale ya que esto es algo más serio'. La gente bajó las risas y las bromas", apuntó.

Jenni vivió otro tenso momento justo antes de llegar al aeropuerto. "Me llamaron para que me bajara del autobús. Me estaba esperando Patricia Pérez (jefa de prensa de la selección) y Pablo García Cuervo (director de comunicación). Patricia me enseñó un teléfono móvil con un comunicado para que lo leyera porque lo habían escrito para mandarlo a las noticias [por los medios] debido al revuelo que se estaba formando fuera, poder pararlo y para que ese fuego se apagara", narra. "Lo leí por encima porque sabía que no había escrito ninguna palabra ni me había reunido con nadie. En ningún momento di mi consentimiento, nunca dije que estaba conforme. En un momento de hartazgo les dije: 'Hagan lo que quieran' y me volví a por mis maletas. Estaban haciéndome partícipe de algo que no había hecho", relató.

En vuelo entre Sídney y Madrid, con escala mediante, aumentó la tensión y el hostigamiento. "Toda la gente veía que algo estaba pasando porque todos estaban reunidos en círculo", advirtió. "En un momento que fui al baño me encontré con Luis Rubiales y me dijo que le ayudara, que hiciera un vídeo con él, que se estaba liando, que le estaban llamando acosador y acusándole de agresión sexual. Me lo pidió por favor por sus dos hijas que estaban ahí en el avión y lo estaba pasando muy mal; que tenía una novia en ese momento y que no le había molestado; que lo que había pasado era normal y que no tenía importancia. Me dijo otra cosa que sí que me molestó personalmente mucho: 'A ti y a mí nos gusta lo mismo' (en relación a su condición sexual)", expuso. "Lo siguiente que me diceses: 'Vale, voy a hablar con tu familia. Le voy a decir a Chema que hable con tu hermano'. Yo le dije que mi hermano no tenía nada que ver aquí, que hablaría con mi agencia", contó.

"Me puse a llorar" confiesa Hermoso tras encuentro con Rubiales

"Al salir estaban ahí varias jugadoras (Misa, Codina, Alexia, Irene) y les comento lo que había pasado. Me dijeron que ni de coña hiciera eso. Me puse a llorar y me dormí bastante tiempo", prosiguió. "Cuando me levanté me comentó Misa que Jorge había pasado varias veces buscando a mi hermano y que hasta que no le vio despierto no fue a hablar con él", añadió. "Me comentó que Jorge le había dicho que llevábamos muchos años juntos, que me quería mucho, que me tenía mucho aprecio y que si yo daba el paso de grabar el vídeo se me compensaría de alguna manera", subrayó Hermoso, que también contó cómo Ivana Andrés, capitana de aquella selección, se le acercó para comentarle que le habían pedido que grabara un vídeo.

"Le dije que no hiciera nada porque no tenía nada que ver", sentenció. Ana Álvarez, por entonces responsable de marketing, fue otra de las personas que habló con Jenni. "Ella me dijo: 'Yo no sé nada porque a mí me han dejado fuera. Yo te digo que no lo hagas porque esta gente va así', aseveró.

Una vez que la selección llegó a España, el foco se centró en Jenni Hermoso. "Desde el primer momento tengo cámaras de televisión detrás de mí 24 horas, debajo de mi casa; gente esperándome fuera y siguiéndome; gente echándome fotos mientras desayunaba con mi madre. Sentí miedo de ir por la calle y mirar a mi alrededor por si me estaban pesiguiendo. Recibí amenazas de muerte (no de los acusados, aclaró), mensajes de todo tipo. Me tengo que ir de Madrid con toda mi familia porque es insostenible la situación", explicó. "Siento que mi vida cambió en ese momento y que desde entonces ha estado en stand-by y no he podido vivir libremente", añadió.

A los pocos días del aterrizaje en Madrid llegó el viaje a Ibiza, premio conseguido por la conquista del Mundial. Un viaje que debía de ser de placer y que para Hermoso se tornó en pesadilla y al que fue acompañada de dos amigas.

"Mientras estábamos comiendo se acercó Rubén Rivera y me dio un teléfono. Me dijo que era Miguel María García Caba (por entonces director de Integridad de la RFEF) para hacer una videollamada porque estaban cerrando el proceso y que sólo faltaba yo por declarar, que iban a ser unos minutos. Pregunté si estaba obligada a hacerlo y pedí hablar con mis abogados y mi agencia. Les dije que no tenía batería y Rubén me puso a cargar el móvil. Me insistió hasta en tres veces para darme el teléfono, pero yo no quería hacer nada porque no sabía nada de ningún protocolo", reveló. "Luego me dijo que estaba en el Hotel Albert Luque (por entonces director deportivo de la selección masculina) para hablar conmigo, que me había escrito por WhatsApp, pero no le había contestado", apuntó.

"Hablé con mi agencia para decirles que pidieran a la Federación que parara porque estaba agobiada", cuenta Jenni, que sí que se dirigió a Rubén para pedirle un bikini. Cuenta la futbolista que, ante su negativa, Rivera se dirigió a su amiga Ana Ecube. "No recuerdo a mi amiga más de media hora en la hamaca conmigo. Hasta le dije que me iba a enfadar con ella. Hubo un momento que se fue, no sé cuánto tiempo, porque había ido a hablar con Albert Luque", rememoró. "Como yo no le contestaba, le dijo a mi amiga que me deseaba lo peor en la vida por no quitarle (a Luis Rubiales) el peor marrón de su vida", aseguró.

Jenni quiso dejar claro que "desde le primer momento no me sentí respetada. Me estaba besando mi jefe. Pienso que no es algo normal que se haga en ningún momento".

La futbolista recalcó que "nadie se acercó a preguntarme q tal estaba. Ni Jorge Vilda, que tanta confianza que tenía. Nadie se dignó a preguntarme cómo estaba y qué me pasaba por la cabeza. Me sentí desprotegida por parte de la RFEF. La Federación tenía que ser mi lugar seguro y no lo fue".