Javier Aguirre se 'salva' de la crisis que destroza al Mallorca

Estos días se cumple un año de la salida de mala manera de Javier Aguirre como entrenador del Mallorca. El club decidió prescindir de sus servicios después de que alcanzara la final de la Copa del Rey y dejara al equipo en Primera división. La comunión entre la afición, jugadores, entrenador y club era total hasta ese momento, pero el adiós de Aguirre levantó ampollas, sobre todo en parte de la afición y también en algunos de la plantilla, que valoraban mucho el papel del técnico mexicano en esos dos años que estuvo en la Isla.

El Mallorca decidió apostar por Jagoba Arrasate, un joven entrenador español que había dejado Osasuna. Aguirre, por su parte, aprovechó su gran oportunidad para ser seleccionador de México. Ahora, un año después, quizá fue lo mejor para el Vasco, ya que la situación en el club balear es un auténtico polvorín.

A falta de una jornada para acabar la Liga, el Mallorca es décimo en la tabla, una buena posición para las expectativas del club, pero la relación entre la afición, la plantilla y el club se ha deteriorado de una manera sorprendente. Tras una gran primera vuelta, la segunda, en cambio, no ha sido igual. Muchos aficionados han recriminado la actitud de algunos futbolistas en estos últimos partidos y eso ha llevado a enfrentamientos directos con algunos de ellos, caso de Maffeo y Larin.

Maffeo y Larin, en el ojo del huracán

En la derrota ante el Getafe en Son Moix, Maffeo se encaró con su público, lo que le valió gritos de "Maffeo vete ya", pero es que con Larin pasó algo parecido, cuando éste recriminó a la afición la falta de apoyo y la mandó callar tras marcar. Los fans también le gritaron "Larin vete ya".

La tensión es tremenda y tanto Larin como Maffeo podrían verse obligados a salir del club en el mercado de verano tras su enfrentamiento con parte de la afición. Tanto la entidad, como el entrenador y otros jugadores han intentado tranquilizar el ambiente, pero no parece nada fácil. Desde luego, Javier Aguirre se ha salvado de una situación límite en este Mallorca, una crisis que puede destrozar al equipo, ya que la ruptura entre la afición, los jugadores y el club es total.