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Una mañana que parecía común en la colonia Torre Blanca, en la alcaldía Miguel Hidalgo, dio un giro inesperado cuando vecinos notaron un par de objetos sospechosos abandonados en plena vía pública. Lo que inicialmente pareció una falsa alarma terminó por poner en movimiento a cuerpos de seguridad especializados.
Todo comenzó en la intersección de Lago Ayarza y Lago Superior, donde transeúntes alertaron a las autoridades al descubrir dos artefactos metálicos de aspecto intimidante. La respuesta no se hizo esperar. En cuestión de minutos, unidades de patrullaje activaron los protocolos de seguridad y solicitaron refuerzos. El escenario quedó acordonado mientras los curiosos intentaban entender qué estaba ocurriendo.
¿Cómo se dieron cuenta que había dos granadas en la Miguel Hidalgo?
La sorpresa fue mayúscula cuando los elementos de un grupo élite, conocido como Fuerza de Tarea "Zorros", hicieron su aparición en el lugar. Con movimientos calculados y gran profesionalismo, evaluaron la escena y retiraron cuidadosamente los objetos. El hallazgo no era menor: dos granadas que, aunque posteriormente se determinó que estaban inactivas, generaron una oleada de incertidumbre en el vecindario.
Especialistas confirmaron que las granadas carecían de carga explosiva y mecanismos de detonación, lo que descartó un riesgo inmediato. No obstante, el hecho de que estos artefactos estuvieran en la vía pública y sin explicación aparente ha encendido las alarmas entre las autoridades capitalinas. ¿Qué hacían allí? ¿Cómo llegaron? ¿Y quién las dejó?
¿Dónde fueron a dar las dos granadas encontradas en la CDMX?
Las piezas fueron trasladadas a instalaciones de seguridad en la alcaldía Tláhuac, donde se encuentran bajo resguardo para su análisis forense. A pesar de que no representaron un peligro directo, su mera presencia plantea preguntas que no tienen respuestas fáciles.
Fuentes cercanas a la investigación señalaron que no se descarta ninguna línea de indagación. Desde una mala broma hasta un intento fallido de intimidación, los escenarios sobre la mesa son variados. Lo cierto es que la calma habitual de la Miguel Hidalgo se vio interrumpida por un episodio que, aunque sin consecuencias materiales, dejó una estela de incertidumbre.
Mientras tanto, los vecinos siguen comentando el hecho con asombro, entre teorías conspirativas y nerviosismo. La ciudad, tan acostumbrada al vértigo, suma un capítulo más a su larga lista de sucesos fuera de lo común.
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