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La elección del nombre papal es una tradición cargada de simbolismo y significado en la Iglesia Católica. Aunque en los primeros siglos los pontífices mantenían su nombre de bautismo, esta práctica ha evolucionado, permitiendo a cada nuevo Papa seleccionar un nombre que refleje su misión, inspiración o el legado que desea continuar.
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La costumbre de adoptar un nuevo nombre al asumir el papado se remonta al siglo VI. El primer caso registrado es el del Papa Juan II, cuyo nombre de nacimiento era Mercurio, en honor al dios romano. Considerando inapropiado portar un nombre pagano como líder de la Iglesia, decidió cambiarlo al de Juan II, marcando así el inicio de esta tradición.
¿Por qué se cambian el nombre?
En la Biblia, es común que Dios cambie el nombre de personas a quienes encomienda una misión especial, como en los casos de Abram a Abraham o de Simón a Pedro. Este acto simboliza una transformación y un nuevo propósito en la vida del individuo. De manera similar, al elegir un nuevo nombre, el Papa señala el inicio de una nueva etapa en su vida y en la dirección de la Iglesia. Las razones detrás de la elección de un nombre específico varían. Algunos Papas optan por honrar a sus predecesores o a santos que iran.
Una vez que un cardenal es elegido como nuevo Papa, se le formula la pregunta: "Quo nomine vis vocari?" que significa "¿Con qué nombre deseas ser llamado?". El Papa electo entonces anuncia el nombre que ha decidido adoptar. No existen reglas estrictas que guíen esta elección. Es una decisión personal que refleja sus aspiraciones y la inspiración que desea seguir durante su pontificado. A lo largo de la historia, el nombre más comúnmente adoptado por los Papas ha sido Juan, con 23 pontífices eligiéndolo. Además, por respeto al apóstol Pedro, considerado el primer Papa, ningún pontífice ha adoptado el nombre de "Pedro II".
En resumen, la elección del nombre papal es una tradición profundamente arraigada que simboliza un nuevo comienzo y refleja las intenciones y el espíritu con el que el nuevo Papa desea guiar a la Iglesia.
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