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Desde tierras campechanas y con la energía de quien sabe que la dignidad no se negocia, la presidenta Claudia Sheinbaum lanzó un mensaje claro y sin rodeos: México no es la piñata electoral de nadie.
En un evento cargado de simbolismos, donde dio el banderazo al programa de Vivienda para el Bienestar, la mandataria federal aprovechó el escenario para poner en su sitio a ciertos políticos estadounidenses que, en plena efervescencia preelectoral, han optado por golpear a México como parte de su estrategia.
Con su estilo directo, Sheinbaum no se guardó nada: "Que mejor hablen de su país, que bastantes problemas tienen", dijo, dejando en claro que las crisis del norte no se solucionarán buscando culpables en el sur.
Claudia Sheinbaum defiende a México
Acompañada por la gobernadora Layda Sansores, la presidenta fue más allá, recordando que México, lejos de ser un problema, es ejemplo en muchos aspectos. Valores, ética y un sentido de comunidad que aún resiste -destacó-, son enseñanzas que Estados Unidos bien podría voltear a mirar.
Durante su discurso, Sheinbaum revivió una anécdota que sostuvo con su entonces homólogo estadounidense, Donald Trump, donde abordaron el espinoso tema de las adicciones. "Él me preguntó si en México teníamos problemas de drogas, y yo le contesté que sí, pero no del tamaño del que ellos enfrentan", relató.
Con tono firme, Sheinbaum explicó que la fortaleza de las familias mexicanas, su sentido de protección mutua y los valores que sostienen la vida comunitaria son un escudo natural frente a desafíos como el fentanilo, que tanto aqueja a la sociedad estadounidense.
La comparación de Claudia Sheinbaum de México con EE.UU.
La mandataria dejó claro que el gobierno mexicano no se cruza de brazos ante las adicciones, pero también subrayó que "allá el problema es mayor", y no es válido cargar la culpa a otras naciones cuando el problema germina en casa.
Antes de finalizar, Claudia Sheinbaum llamó a las y los mexicanos a sentirse más orgullosas que nunca de sus raíces, recalcando que gracias a la Cuarta Transformación, México ha recuperado su fuerza, su dignidad y su voz en el mundo.
Un mensaje potente que, sin duda, resuena no solo en Campeche, sino en todo un país que se niega a ser tratado como moneda de cambio en juegos políticos ajenos.
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