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Sentimientos a flor de piel. Así estaban en el equipo Gresini después de la victoria de Marc Márquez en la carrera de MotoGP del Gran Premio de San Marino. Al podio de Misano subió Luca, hijo del fallecido Fausto. Al principio, esta serio, compungido. No en vano el leridano vestía con los colores con los que su padre ganó los títulos de 125cc en 1985 y 1987 con la Garelli. Pero, con los gestos del de Cervera, los bailes y los gritos que venían de abajo, se fue viniendo arriba. Al final, se sumaba a las poses y fotos del '93'.
Abajo, Nadia Padovani, su madre, la viuda y actual propietaria, se esforzaba para contener las lágrimas. Se le pasó con los bailecitos del octocampeón, a los que se sumaba en la distancia. El mayor de los Márquez sacaba una sonrisa a todos y las risas afloraron para vencer a la nostalgia.
Luego, al llegar al box, sorpresa desagradable: un invitado había sufrido un desvanecimiento. Llamaron a una ambulancia y hubo que sacarlo en camilla. Fueron momentos de tensión, dado el caos con la invasión, un 'paddock' más que abarrotado y la necesidad de una actuación médica urgente. Por suerte, todo se solucionó de la mejor manera.
Vuelta triunfal
Fue justo a tiempo para que llegara Marc y volvieran los gritos, bailes y una lluvia, en Prosecco, muy diferente a la que contribuyó a su triunfo. En el box de al lado, el del VR46 de Valentino Rossi, había silencio, roto con algún aplauso a Bezzecchi por su quinto puesto, y cierta envidia.
En ese ambiente, MARCA pudo hablar con Michele Masini, el director deportivo de la formación de Faenza, desbordado entre tanta agitación. El italiano no ocultaba que estaban en una nube. "Desde hace 18 años me siento de esta familia, así que para nosotros fue un día especial. Fue una victoria inesperada porque sí, pensábamos en una gran remontada de Marc, a su estilo, pero cuando las condiciones de la pista permitieron sacar una habilidad como sólo un campeón como Marc tiene... sólo él lo hizo, fue superlativo. Además, corriendo en casa, en Misano, con la moto de Fausto, es una emoción indescriptible. Esto no tiene precio. Fueron 50 puntos, no 25. Continuamos en un momento de oro, seguimos así. Marc se está divirtiendo sobre la moto, es rapidísimo, el ambiente en nuestro box es increíble, con lo que hay que seguir adelante así", aseguraba con una amplia sonrisa.
Opciones de título
Si bien algunos mecánicos y otros del equipo, como Carlo Merlini, el director comercial, sí iten soñar con lograr la corona en 2024, Masini tira de prudencia, al más puro estilo Marc Márquez. "Yo no quiero ni pensarlo ahora mismo. Para mí, habrá que hacer cuentas un poco más adelante, pero, es verdad, que este momento nos está ayudando mucho, también con la clasificación general. Veremos después de la segunda prueba en Misano. A ver en Asia, asfaltos diferentes, condiciones diferentes, a ver si se lo puede jugar de una manera distinta, pero hay que seguir así. Creo que el arma secreta es el ambiente que hay en el equipo", proclamaba.
Dos familias abrazadas
Y en esa atmósfera se unen dos familias, la Gresini y la Márquez. Álex, fatigado tras su sexto puesto y aún algo dolorido por el accidente de Aragón, apenas podía felicitar a su hermano. Julià, el padre de ambos, se dejaba llevar algo más entre abrazos y chillidos. Están disfrutando el momento y sin querer mirar ni al mañana, por mucho que pueda ser glorioso. Todos lo han pasado mal y eso los une para querer festejar lo que sea. Y si es una victoria tan especial, pues con más motivo. Un momento de oro con muchos kilates y emociones.
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