Norris quiere seguir 'inscrito' en la lucha por el Mundial

Dos veces ha salido Lando Norris desde la pole esta temporada y en las dos tuvo una salida defectuosa que le costó la pérdida posiciones. La primera fue en España, en Montmeló (cedió hasta cinco puestos), y la segunda en Hungría, donde perdió dos, pero eso le costó la victoria ante su propio compañero, Oscar Piastri. Fue la carrera de las discusiones finales por la radio, donde le convencieron de que debía devolverle la posición al australiano como se había pactado antes del intercambio en boxes, para protegerse de un posible coche de seguridad.

"No sé por qué sacas eso ahora...", le dijo a Jolyon Palmer, en la recta de meta cuando le recordó sus malas arrancadas. "Seguro que va a ser duro, porque Max ha sido rápido todo el fin de semana y va a luchar aquí en casa. Tengo ganas de esa batalla", decía el británico a su compatriota.

Hoy, Norris tendrá la tercera oportunidad y debe ser la vencida, ante un Verstappen que no desperdicia regalos y que busca cada oportunidad para moder a los rivales ante el mínimo resquicio. Sabe Max que lo de correr en casa no otorga aceleración o velocidad a su RB20, en inferioridad desde hace meses frente a la pujanza de los McLaren, pero proporciona un extra de motivación.

Si no lo consigue en la salida, irá a por todo en la primera frenada, si allí no es posible, porfiará en la curva 3 (la del peralte que Alonso ha hecho famosa otras veces) y si no, esperará a tener el DRS a partir de la segunda vuelta. Y aún incluso tendrá la ocasión de tirar un 'undercut' o atajo en los boxes en la parada que se prevé para toda la carrera.

Es lo que le define como piloto y por lo que ha triunfado, por no ceder nunca, ni con riesgo probable de accidente, una agresividad que desde fuera temen en resto de pilotos, empezando por Lando, que probó en Austria cómo se las gasta en el cuerpo a cuerpo.

Cerrar la brecha de 78

Para Norris es fundamental darle un mordisco a esos 78 puntos que le lleva Max después de 14 carreras y con 10 por disputarse y seguir 'inscrito' en la lucha por el Mundial. Colocarse más cerca, meter presión, esperar un cero de su rival... ser un verdadero contendiente por el título y no una escopeta de feria, con una victoria en 10 oportunidades con el mejor monoplaza.

La igualdad entre varios equipos es un arma de doble filo en las competiciones de motor, si los protagonistas no dan el nivel. El público quiere duelos, polarización, ir con uno u otro, más que no saber quién puede ganar, o tener seis o siete aspirantes en una especie de lotería. Un Rossi-Márquez o un Hamilton-Verstappen dispara las audiencias y Norris no ha demostrado estar aún en la categoría de gran aspirante en una guerra sin cuartel. Ahora tiene la ocasión de postularse para el futuro.

Verstappen, por su parte, prefirió enfundarse el disfraz de víctima cuando es el verdadero lobo estepario. "Lo vamos a intentar, pero cuando estás una o tres décimas por detrás en clasificación, tenemos que ser realistas. Mañana habrá que mantener la posición en carrera", dice con cautela e insinuando que batir a Piastri ya estaría bien dadas las circunstancias. En realidad, ese cuento no se lo cree ni él.

Enzarzados en cuanto al coche más veloz

En la rueda de prensa de la FIA hubo un choque de opiniones entre ambos. Cuando se preguntó a Norris y Verstappen si se habían invertido los papeles entre Red Bull y McLaren, Lando respondía: "No, sólo hice una buena vuelta cuando lo necesitaba, pero intenté hacer la mejor vuelta que pude en cada momento de la clasificación. No me sobraba nada en la calificación, pero como ambos han dicho (Max y Piastri), es un día difícil y no han hecho sus mejores vueltas", argumentaba

Verstappen no estaba nada de acuerdo: "Debo haber estado viendo un fin de semana diferente al que han visto en McLaren entonces. No sé, ayer nunca me sentí cerca, así que intenté hacerlo lo mejor que pude. Quizá estoy intentando quedarme con algo que no es alcanzable para nosotros, pero estoy llegando al límite. Como todos los demás", zanjaba un max algo molesto.