"Para nosotros no son las últimas mejoras, quedan más cosas", decían desde McLaren la semana pasada en Austin y es cierto. En México no sólo cambian la carrocería y la tapa del motor para abrir branquias adicionales con el fin de hacer frente a las dificultades para refrigerar el motor y el turbo, por causa de la altura de 2.200 metros. El MCL38 llega con un suelo revisado para ganar rendimiento adicional y el difusor retocado, algo que les puede dar un paso sobre Red Bull en el tramo decisivo de la temporada.
El resto, como Ferrari, Mercedes o el propio Red Bull, se limitan a modificar la entradas y salidas de aire de sus monoplazas, para hacer frente a la necesidad de mayor flujo. No es por la temperatura, que estará entre 14 y 17 grados, sino por el sobreesfuerzo del turbo en las condiciones de altura, que aligera la densidad del aire y por tanto su eficiencia.
En Ferrari, el rendimiento de Austin invita a hacer pocos cambios, visto que han llegado a un equilibrio en carrera con el que son referencia en la degradación de los neumáticos y el minimizar la aparición de 'graining' (granulado), que en México sí suele aparecer.
Aston Martin, por ejemplo, no tiene piezas especificas, sino que simplemente abren su bloque de branquias que van separadas de pontones y tapa del motor, al contrario que en otros coches. Para Alonso y Stroll es más importante volver a probar con cuidado el paquete que llegó en Austin y hacerlo funcionar mejor, esta vez en formato normal y con tres Libres por delante.
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