El humo rojo de los tifosi de Ferrari está presente (pese a los pésimos resultados). Más de 240.000 espectadores llenan las gradas durante todo el fin de semana, un récord en el Autodromo Enzo e Dino Ferrari de Ímola. La salida del Gran Premio de la Emilia Romagna es, año tras año, uno de los mejores momentos de la Fórmula 1. Un regalo para los aficionados, tanto devotos como casuales. Y no decepcionó, con varios movimientos brutales para dejar una 'arrancada' tremenda.
Max Verstappen se colocó al frente de la carrera en Ímola con una de sus mejores arrancadas. No acertó al soltar el embrague en el encendido de semáforos y tanto el 'poleman' Oscar Piastri como George Russell -iniciaba 3º- le agobiaron. Pero el neerlandés ofreció uno de sus trucos que dejó a todo el mundo pasmado.
Entrando en la primera curva, Verstappen interpretó que tenía que alargar su frenada. La llevó al máximo, lanzó el coche tarde y lo dejó correr. Piastri, que creía que tenía las de ganar, se confió y el campeón se coló por el exterior. Un movimiento brutal, otro regalo de Verstappen para los sentidos.
"¿Qué demonios hace Piastri?", dijo Russell a través de la radio. Veía como podía atacar, pero el colapso del australiano no le dejó más movimientos. Y Verstappen, que había caído con el de McLaren, en los inicios de carrera de Jeddah y Miami, por fin se salía con la suya.
¿Qué demonios hace Piastri?
No fue lo único del inicio. También Fernando Alonso, el que mejor sale desde donde sea, dejó su marca al mejorar la arrancada de Lando Norris. Quiso emparejarse, forzó al británico y no pudo pasar. Pero ya es un mensaje. Esas son las manos del asturiano. Unas que no tuvo poco después Pierre Gasly al dejarse buena parte de sus opciones en un paralelo con Charles Leclerc. Se fue a la tierra y cayó en la tabla.
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