El Mundial ya corre serio peligro de desenganchar al personal con otra, y van 13, victoria de Red Bull, 12 en el arranque de la temporada, récord. No será que no lo han intentado con la vuelta del efecto suelo, los nuevos coches, ahora los neumáticos, las carreras urbanas, las sprint, los shootouts... pero nada. Solo Alonso le daba picante, pero hace falta otra dosis intravenosa de piezas en el AMR23 para que vuelva a meterse por arriba a dar un poco el contrapunto.
Es el escenario ideal para que alguien, los nuevos propietarios, pierdan la calma, se vuelva tarumba y de otro volantazo al show, un electroshok de alguna manera a corto plazo porque amenaza seguir así hasta 2026 y esto no lo levanta ni Netflix.
El único enemigo este año de Red Bull puede ser su soberbia, de la que no van mal equipados especialmente en su directiva. El final de Verstappen pidiendo una parada extra para entrenar lo que fuera, pit stops o vuelta rápida, que no es la primera vez que lo hacen, es una sobrada que más tarde o más temprano les acabará pasando factura.
Excelente quinto de Alonso, literalmente sacado de la nada, siendo noveno en parrilla. Vuelve a estar por encima de su coche, que es ya el quinto en prestaciones como muestra Stroll, pero ahí se colocó el asturiano entre los dos Mercedes en un trazado que no era para su Aston Matin, si es que ahora mismo hay alguno.
Carlos no tuvo suerte en la salida, se la jugó para defenderse de Piastri y los dos quedaron fuera, su Ferrari con un agujero de lo más aparatoso. Aguantó en pista, adelantado por todos, esperando una lluvia que no le llegó hasta que abandonó mediada la prueba. Justo antes del verano cede el madrileño el liderato en puntos en Maranello. La verdad es que era un milagro que fuera delante sin tener nunca la mejor estrategia o el premio de un 'undercut' a su favor.
Liberty bordeó el frikismo hoy en la interpretación del himno belga con un artista con larga capa-bandera y gafas de Deadpool. Norris y Piastri a duras penas aguantaban, Leclerc era un poema y Fernando, que ya vuelve de donde estaba, se lo tomó con ironía en plan wow. Aquí va mi apuesta para el himno americano en la cita de Las Vegas: un Elvis a saco.
