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max Verstappen tiene ante sí uno de los retos más complejos de la nueva temporada de la Fórmula 1. Ser pentacampeón del mundo y poder encadenar, tal y como hizo Michael Schumacher, cinco coronas. Es el principal y el que le debe quitar el sueño, pero se suman más detalles a la previa de la temporada. Se supone que cuando los semáforos cambien al verde desaparecerá parte del humo. Pero le coloca en el foco. Cuando quizá debería ir hacia otras estrellas.
El invierno de Verstappen tiene una tónica común: las dudas sobre su futuro. Desde Gran Bretaña se deslizó una posible oferta multimillonaria de Aston Martin. Mercedes nunca ha ocultado sus miradas hacia el campeón. Y Red Bull, ya sin Adrian Newey como gurú, tiene que demostrar también sobre la pista. De momento, el entorno del neerlandés es claro. No hay que temer. "Es una tontería. No tiene sentido hablar de su marcha", explicó su padre, Jos, tras una información de la prensa neerlandesa.
Es una tontería. No tiene sentido hablar de su marcha
También se suma la 'corriente Netflix' a la actualidad del neerlandés. Se sabe de sobra que Verstappen no quiere saber nada de documentales ni historias. Pero vuelve a quedar señalado como el chico malo de la historia. "Dicen que después de Miami fue mi peor noche... y yo me lo pasé mejor que nunca. No pueden decir que estaba disgustado", explicó en uno de sus directos recientes. En global, Max ganó a Norris la guerra mental y sobre la pista, y solo se centra en eso. Aunque su imagen pública cambie.
... sobre la pista
La de la pista es, precisamente, la batalla que más preocupa y una a la que llega en peor posición en comparación con el resto de cursos con la normativa vigente. Red Bull siempre estaba en primera posición o muy cerca, pero a 2025 aterriza detrás. "No creo que ganemos en Melbourne", explicó el propio Max. McLaren copa focos, Ferrari se tapa y Mercedes puede colarse. Verstappen es el elemento diferencial, pero el RB21 debe estar a la altura.
El neerlandés está en el foco, aunque en pocas ocasiones se rompe ante la presión. El 2024 fue un gran ejemplo de cómo puede gestionar una situación de inferioridad y quizá es el camino a seguir para la temporada más igualada que se recuerda.
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