En el Gran Premio de Singapur, el último disputado antes del parón, Max Verstappen se fue contento con su segundo puesto, pero enfadado por la sanción que recibió por parte de la FIA. El neerlandés utilizó la palabra 'jodido', al hablar de su monoplaza en rueda de prensa y esto no gustó a la Federación. Por lo que le implantaron un castigo que ha generado mucha polémica alrededor del Gran Circo. Johnny Herbert, una de las personas presentes en el momento en el que se le comunicó la medida al actual líder, ha sido el último en pronunciarse respecto a este tema.
El expiloto de Fórmula 1 y actual comisario, se ha mostrado muy rotundo al hablar de esta decisión. A pesar del enfado del neerlandés y el apoyo que ha recibido por parte del resto de competidores, desde la organización siguen firmes con la sanción. El británico se ha posicionado totalmente en contra de las palabras malsonantes dentro de la máxima categoría de automovilismo y asegura que es algo que hay que erradicar. El primer paso para lograr este objetivo, ha sido el castigo al de Red Bull, que está obligado a realizar 'trabajos de interés público'.
El castigo a Max
Al terminar una de las sesiones de entrenamiento en Marina Bay, el '1' fue llamado a comisarios y en esta reunión estaba Herbert. "Tuvimos una charla franca y amena con Max durante unos 20 minutos, media hora, en una situación difícil. Se le notaba en la cara que estaba muy alterado, pero cuando se fue parecía más tranquilo", recuerda el comisario en una charla con 'Casino Hawks'.
A lo que ha sido obligado Max, tras sus palabras, es a hacer trabajos de interés públicos. Algo que Lewis Hamilton dijo que esperaba que no hiciese. Ahora, el inglés cuenta que podría haber habido otras sanciones de distinto tipo: "Estamos allí para aplicar las normas y tomar una decisión en conjunto. Podríamos haberle multado, pero pensamos que sería más beneficioso obligarle a hacer algo socialmente responsable. Depende de Max y de la FIA decidir qué hacer".
La reacción rebelde de Verstappen
Una vez terminó la reunión en aquella sala, el problema y la polémica empezó a expandirse. "Todo explotó después, porque fue a la conferencia de prensa y dio respuestas de una palabra, y luego realizó su propia conferencia de prensa improvisada afuera en el paddock. Eso mostró la vena rebelde de Max, me encanta ese lado de él", declara el inglés, que destaca la personalidad del campeón.
El expiloto confiesa que este punto de rebeldía, tanto fuera como dentro de la pista, es lo que hace único al de Red Bull. Aún así, sigue manteniendo que se equivoca al usar palabrotas: "Una conferencia de prensa no es el lugar para eso. Creo que se dicen demasiadas palabrotas y no quiero que mi nieto de cinco años escuche este tipo de lenguaje".
Actualmente, en la Fórmula 1, cada vez es más normal escuchar insultos o palabras malsonantes entre los pilotos. En favor de que esta tendencia no vaya a más, la FIA ha empezado a poner sanciones por ello. Herbert cree que no es tan complicado entender lo que se está pidiendo: "Algunos periodistas han dicho que el deporte está intentando convertir a los pilotos en robots. No es así. Lo único que se les está pidiendo es que no digan palabrotas, lo que creo que es lo correcto. La mayoría de los pilotos no dicen palabrotas". La sanción a Verstappen es la primera con esta nueva medida, y veremos si, tras el parón, llega la paz entre el líder del Mundial y la Federación Internacional de Automovilismo.
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