- Estadísticas. Así vivimos el República Dominicana-España
España certificó su pase a los cuartos de final en el menor tiempo posible, sumando su segunda victoria en un partido decidido antes del descanso. Y no por el brillo en el juego del equipo de Santi Denia, que volvió ser discreto, sino por la expulsión merecida de Azcona tras patear a Cubarsí. La resistencia del equipo dominicano acabó hasta que Baena impuso la lógica para derribar el muro azul. Lo mejor está por venir.
Dijo Santi Denia tras el primer partido que todos tenían que mejorar respecto al debut, él el primero. Sólo tocó el once por las molestias de Pubill, uno de los tres más destacados del primer triunfo, y el resultado fue el esperado. República Dominicana, un equipo más flojo y más defensivo que Uzbekistán, entregó la pelota a España para que circulase y buscara la profundidad. No la encontró. Es más, sólo creó peligro en las salidas de balón temeraria de Bösl, el meta dominicano. En la primera estuvo a punto de anotar Abel Ruiz, pero no pudo resolver.
No perdonó Fermín. Acudió a la presión sobre De la Cruz y el pase obligado de Bösl le dejó solo de cara a portería. El azulgrana convirtió con facilidad y pareció inclinar el partido. De hecho, España se sintió muy superior. Con el ex jugador del Athletic Ibai Gómez en el banquillo, los dominicanos se refugiaron tras el poderío de sus tres centrales, unos gigantes, y apenas salían a la contra en las pérdidas españolas. Parecían inofensivos. Ya. Tenían claro dónde estaban sus opciones. En un córner absurdo, tras un error en el pase de Juanlu, Azcona sirvió al segundo palo y Montes de Oca, libre de marca, cabeceó a la red. De nuevo la fragilidad en el juego aéreo. En el siguiente centro lateral se pidió penalti en la salida de Arnau Tenas. Como el que le pitaron en el Mundial a Messi ante Szcesny, y que nunca más se volvió a señalar. Se había puesto el asunto peliagudo y Azcona, el 10 dominicano, se ganó la roja de manual al lanzar una plancha contra Cubarsí desde el suelo.
Con superioridad y todo el segundo tiempo por delante, el gol era cuestión de tiempo. No hubo necesidad siquiera de subir el ritmo, sino de variar las formas de llegar a la portería. Después de buscar las penetraciones de Miranda y Juanlu para desbordar y buscar el centro, con ocasión para Fermín, quien desniveló fue Álex Baena. El de Roquetas, más influyente en el juego del equipo, hizo lo que hay que hacer ante un adversario cerrado, probar el tiro. Puedes acertar, o que falle el portero, o que haya un rebote. Que lo hubo. En Urbáez. A la jaula.
Ahí se vieron ya derrotados los dominicanos, a pesar de la entrada de Peter Federico, más participativo en el atauque. El 1-2 y los cambios de Santi Denia mejoraron al equipo español. Primero con Miguel Gutiérrez, que tiene la mala suerte de competir por el puesto con Miranda, un seguro. El del Girona empujó a la red el primer balón que tocó, tras entrar al remate Aimar Oroz. En primer término se anuló el tanto por fuera de juego, pero el árbitro tailandés del VAR tardó tres minutos largos en comprobar que el osasunista no había rozado la bola. Así que el árbitro emiratí concedió el 1-3.
También mejoraron el tono general Turrientes, que estrelló en la base del palo un remate cruzado, y Diego López, siempre profundo por banda derecha. Abel Ruiz sigue reservando el gol para los cruces (aporta trabajo y juego de espaldas) y Pacheco puso contundencia hasta ganarse una amarilla en la prolongación. Los ocho minutos de añadido fueron la broma final del colegiado a un encuentro acabado desde el 70'. Esas cosas del fútbol olímpico.