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Estar en los Juegos Olímpicos es una gran oportunidad y un momento único en la vida de cualquier deportista, sin embargo, también viene acompañado de una serie de responsabilidades dentro de la Villa Olímpica que no han cumplido dos nadadores brasileños. La atleta Ana Vieira y su pareja Gabriel Santos se han saltado el código de disciplina y han recibido una sanción por parte del Comité Olímpico Brasileño.
Así lo ha comunicado el propio COB, que ha informado que abandonaron el lugar de residencia durante estos días para salir a hacer turismo sin autorización. Ambos fueron a visitar la Torre Eiffel y sacarse fotos, que posteriormente subieron a redes sociales sin ningún reparo, aun sabiendo que estaban haciendo algo prohibido.
El jefe de la delegación brasileña se enteró por esas imágenes del acto de indisciplina y se lo comunicó al COB, que tomó la decisión pertinente. Ana Vieira ha sido expulsada y mandada de vuelta a Brasil, mientras que Gabriel Santos solo ha sido amonestado.
La agresiva respuesta de Ana Vieira
La diferencia en este caso es cómo han afrontado los dos el toque de atención. Mientras que Gabriel Santos se ha disculpado, asumiendo la responsabilidad de sus actos, la nadadora cuestionó la decisión técnica tomada por el comité de manera "irrespetuosa y agresiva". Este gesto ha sido lo que ha terminado provocando su expulsión.
Ana Vieira ya estuvo en los Juegos Olímpicos de 2020 y era una de las piezas más importantes del equipo, no obstante, los brasileños no han dudado a la hora de aplicar un importante castigo, que además puede repercutir negativamente en el futuro de la nadadora.
Sin embargo, el COB también ha informado que la atleta ha estado acompañada en estos momentos tan difíciles: "La deportista habló con su madre, con la psicóloga de la delegación, hizo las maletas y tuvo irrestricto a alimentación e hidratación antes de dirigirse al aeropuerto".
Una lección de que el comportamientos y la disciplina en los Juegos deben ser máximas y que hay que tener mucho cuidado con lo que se sube a redes sociales, porque una foto en la Torre Eiffel ha acabado con años y años de entrenamiento nadadora olímpica.