En un escenario de grandes recuerdos para el golf español, el Hong Kong Golf Club, donde Miguel Ángel Jiménez ganó cuatro veces y José María Olazábal y José Manuel Lara también lo hicieron, Luis Masaveu se presentó en la sociedad mundial con una gran vuelta en la primera jornada de la ciudad que se adhirió a China en 1997. Con 65 golpes, cinco bajo par, se quedó a dos golpes del inspirado Paul Casey, autor de una tarjeta de 63.
El benjamín de los Fireballs, 22 años, en un día de cielo cubierto, humedad del 81 por ciento aunque anuncian sol para los dos días restantes, jugó con la fluidez del que lo hace un día cualquiera en La Moraleja, su club en Madrid. Segurísimo desde el tee, donde rompe la bola, dio un concierto de buen juego hasta firmar su mejor vuelta profesional. Fue el golfista español del día por los dos eagles que le sacó al recorrido, un hito en un campo difícil, que obliga a pensar la estrategia.
Su actuación fue tan sobresaliente como la de Sergio García. En 40 días estará en Augusta jugando su grande número 100 y las señales que emite esta temporada han desempolvado la magia de sus palos y en los greenes. Arrancó en el partido estelar con Jon Rahm y Joaco Niemann. Y lo hizo bien. Con dos birdies en los tres primeros hoyos. Pero luego sufrió durante un tramo largo -dos bogeys- hasta que en el hoyo 10 volvió a engancharse.
Jugó los segundos nueve hoyos con una determinación fabulosa., embocó cinco birdies más y se plantó en el mismo 65 que Masaveu, Chie Po Leeh, Martin Kaymer, Sebastián Muñoz y Peter Uihlein. Si los Fireballs no lideran la clasificación por equipos -están a un golpe de los Crushers y los Torque- fue porque Abraham Ancer, que suele ser un valor sólido, no bajó del par (71). David Puig, como siempre, supo hacer resultado (68)j, aunque hubo demasiados errores en su tarjeta: tres bogeys, todos en los pares 3.
Rahm, mientras, tuvo que embocar un putt de cuatro metros cuesta abajo para aguantar bajo par en el marcador. Había empezado brillante, con un chip desde fuera en el hoyo 1 para birdie, pero la ventaja la perdió de inmediato y a partir de ahí su juego no alcanzó la brillantez que suele destilar. En el 7, tras otro error, estaba sobre par. Dos birdies de recuperación en los segundos nueve hoyos le anclaron en la vigésimo novena posición con un 69.
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