Jon Rahm acaba con el gatillo frío en el desierto

Un final trabado, que frenó el último arreón, dejó algo contrariado a Jon Rahm, que se dejó a tiro de milagro el comenzar la temporada en el LIVGolf 2025 de la misma forma que concluyó el anterior ejercicio: con una victoria. El campeón firmó 67 golpes, con seis birdies, con un bogey en el par 5 final, aunque con la sensación de que podía haber acabado rozando los 60 pelados. A seis golpes de Adrian Meronk, el desafío es enorme. "Bueno, yo lo miro de otra forma también tuve suerte en algunos momentos", dijo. (Resultados completos)

Esta vez el desierto fue crudo. Frío de verdad en la noche, sensación de ocho grados, lo que arruinaba las ecuaciones que los golfistas tienen hechas de memoria sobre sus palos y las distancias que alcanzan con cada uno. Había que sumarle mínimo un palo más siempre. Los focos, para añadido, creaban problemas alrededor del green. Era un test mucho más exigente que la víspera.

La gente había llegado en gran cantidad al Riyahd Golf Club, animados por el reclamo del concierto de los Backstreet Boys y la numerosa oferta variada de entretenimiento que ofrecen los torneos del LIVGolf y que lo convierten en un parque de atracciones. Aunque la cultura del golf no está impregnada en la sociedad saudí —el crecimiento de resorts no está por ahora acompañado de una política pública de captación de jóvenes—, los que atendieron al juego, pocos, parecieron divertirse.

Un buen comienzo

Rahm cargó pronto, con un birdie en su primer hoyo, y dos tras el tercero, pero Meronk, que el jueves había firmado 10 bajo par, permanecía impertérrito. Durante la semana pasada, el polaco preparó a conciencia el jugarde noche en Dubái. Y sin la brillantez del jueves le siguió sacando rédito, aunque esta vez encontró un gran opositor en Sebastián Muñoz. Es un competidor silencioso que se agarró al campo y fue el único que siguió pegado la estela del líder.

Entablaron un cara a cara. El sudamericano cubrió los primeros nueve hoyos en cuatro bajo par, uno menos que el líder, que jugaba con el manual atrapando greenes. Así siguieron hasta el final cuando el de los Torque sacó un fabuloso hierro en el hoyo 17 (par 3) para arrimarlo a dos metros. Parecía que le daría caza, pero Meronk vio el hoyo enorme desde seis metros y embocó el sexto birdie del día. Muñoz dudó y falló su putt. La diferencia se abrió a dos entre ambos.

Jon, mientras, combinó aciertos en el green con dos fallos muy cortos, que frenaron una vuelta de antología. Jugó como el que lo inventó de tee a green. Tuvo reales hasta 13 oportunidades de birdie, pero el lastre de esos errores, unido a que perdonó en otros dos pares 5 más, le impidió arrimarse más. Necesita un domingo de antología. “Si consigo poner todo el juego en mi sitio, quizás me pueda fabricar una oportunidad”, dijo el golfista de Barrika.

Liderados esta vez sí por su capitán, la Legión XIII, mientras tanto, abrochó prácticamente la victoria por equipos. Alos 24 bajo par del primer día sumaron esta vez 18 y abrieron una diferencia de 11 golpes con los Torque. Los golfistas se retiraron helados y el público escuchaba el Everybody de la famosa banda. 

El resto de españoles, en los Fireballs, jugaron bajo par. A pesar de cerrar con un bogey, Sergio García fue a más y es undécimo después de repetir los 68 golpes del jueves; David Puig, que se entonó a última hora, tiró 71 golpes, los mismos que Luis Masaveu, que esta vez ya no tan sorprendido por el volumen de la música, pudo sellar su primera vuelta bajo par en el LIV Golf.