Ya han pasado diez años desde que Alfonso Pedraza debutara en Primera División. Lo hizo siendo un niño en el campo de Mestalla defendiendo los colores del Villarreal. Desde aquel abril de 2015, el lateral cordobés ha dado un salto cualitativo hasta convertirse en internacional, debutar con la roja, ganar un Europeo sub 21 y levantar la Europa League con el Villarreal. Tras cerca de once meses enfrascado en una lesión complicada, Pedraza ha regresado y poco a poco va cogiendo la confianza que nunca le ha faltado con Marcelino. Ante el Betis, puede cumplir su partido 200 en Liga, una cifra nada desdeñable a sus 28 años.
Pedraza se forjó en la cantera del Villarreal. No era sencillo para un chico de un pueblo de Córdoba, pero se hizo hueco y brilló en las categorías inferiores amarillas. Eso le dio la opción de debutar con el primer equipo en un derbi en Mestalla ante el Valencia con sólo 18 años. Ahí arrancó su trayectoria profesional que hubo que ir modelando. Primero en Lugo, luego en el Leeds en Championship y luego de regreso a la Liga en su primer gran test en la élite con el Alavés. Su temporada en Vitoria le dio alas para regresar a Villarreal, tuvo su época en el Betis y por fin volvió con honores al equipo amarillo. Firmado hasta 2025 y renovado hace poco una temporada más.
Los éxitos empezaron a llegar pronto. Primero en formato selección. Fue campeón de Europa con la sub 19 y posteriormente repitió con la sub 21, un doble éxito que nunca olvidará y que le marcó. Luego llegó el título de la Europa League con el Villarreal en aquella histórica final ante el Manchester United y la posterior temporada de Champions en la que los de Emery alcanzaron las semifinales y cayeron ante el todo poderoso Liverpool de Kloop. El nivel mostrado le valió la llamada de la selección absoluta. "El día más feliz de mi vida", comentó tras debutar con la roja.
Pero en diez años hay tiempo también para los malos momentos. La lesión de la última época ha sido complicada. Casi un año arrastrando molestias y dejándole sin poder competir. Alfonso se ha apoyado en los suyos y en el campo. El bendito campo. Al margen de ser futbolista es empresario y gestiona unos olivares y una marca de aceite propia que le saca siempre una sonrisa.
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