La auditoría que encargó el Ayuntamiento de Valencia sobre el Nuevo Mestalla concluye que existe un incremento de 34 millones (un 17%) con respecto al presupuesto que presentó el club. Además, alerta sobre tres tipos de riesgos de incumplimiento, especialmente el que se refiere a los plazos, condicionados por la construcción e instalación de la cubierta, aunque carece de elementos para emitir una opinión sobre la posibilidad de incumplimiento. El auditor asegura que esta cantidad se ha obtenido “después de un minucioso y laborioso análisis del presupuesto, por lo que consideramos que tiene una alta fiabilidad”.
El Ayuntamiento de Valencia encargó una auditoría externa para que analizara el proyecto de obra presentado por el Valencia para la reanudación de las obras del nuevo estadio. Uno de los objetivos principales de este informe era tener un estudio pormenorizado de los costes que apuntaba el club para terminar los trabajos hasta que el campo pueda ser inaugurado. ¿Por qué? Porque uno de los requisitos de la nueva licencia de obras que concedió el consistorio incluye que, en caso de que vuelvan a detenerse las obras, el club ya no podrá reanudarlas hasta que no presente un aval por lo que quede por construir en ese momento –no hasta el total de la obra-. El Valencia retomó las obras el pasado 10 de enero de 2025 teniendo en cuenta un Presupuesto de Ejecución Material (PEM) de 203 millones de euros (sin IVA). Si embargo Vielca –la empresa auditora- justifica en su informe varios desvíos que incrementan ese PEM hasta los 237 millones (un 17%), que los divide entre grupos que llama ‘arquitectura’, ‘estructura’ e ‘instalaciones’. De este modo, el coste total del estadio desde que se puso la primera piedra, en 2007, asciende de 341 millones de euros.
Los riesgos que identifica el auditor
Además, la auditoría señala otros dos tipos de riesgos que pueden afectar a la ejecución de la obra. Entre los riesgos técnicos y de diseño indica “falta de identificación de elementos y definición de materiales”, aunque matiza que “este tipo de problemas es habitual en todos los proyectos de ejecución”. De la misma manera sucede con las butacas y, más importante, con la “solución detallada” para la pista de atletismo, aunque también aclara que según la memoria forma parte de una fase posterior.
Según el auditor “la rehabilitación de la estructura existente no está incluida en el proyecto” y por lo tanto “no forma parte de esta auditoría”.
Sobre los riesgos de planificación, el informe añade que el cronograma incluido en el proyecto no permite emitir una opinión sobre la posibilidad de incumplimiento de los plazos establecidos. Y lo fundamenta especialmente en lo que tiene que ver con la cubierta, con esta salvedad:
“La ejecución de la cubierta es un hito que condiciona todo el arranque de la obra y se trata de un trabajo off-site, no definido; sin embargo, el cronograma refleja un solape entre los trabajos de izado de la misma y los trabajos del hormigón, siendo que la memoria también indica que los de hormigón están condicionados a los de izado”.
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