Pablo Larrea aterrizó en la isla este miércoles con la ilusión de ayudar al Tenerife a conseguir los objetivos que el club blanquiazul se ha propuesto para esta campaña. El mediocentro madrileño, que llega con la carta de libertad después de haber concluido una etapa de dos temporadas y media en la Ponferradina, manifestó que los os para su incorporación "existían desde hace tiempo, pero todo se ha acelerado en la última semana".
Luis Miguel Ramis, tras la lesión de larga duración de Javi Alonso y los problemas musculares que mantendrán a Aitor Sanz alejado de los terrenos de juego durante el próximo mes, quería apuntalar la medular y Juan Carlos Cordero cerró la contratación de Larrea. A su llegada al aeropuerto de Los Rodeos, el nuevo jugador blanquiazul confirmó su felicidad "por poder estar aquí para aportar mi granito de arena. El Tenerife es un salto en mi carrera y era lo que buscaba después de mi salida de Ponferrada. Sé que vengo a un gran club y, también, a un sitio de máxima exigencia, pero me siento preparado para dar el paso y ayudar al equipo".
El madrileño se autodefinió como un centrocampista "trabajador, al que le gusta tener el balón. Me encuentro bien cuando el equipo tiene la posesión del juego, pero no elimino las situaciones de trabajo cuando la tiene el rival. Más bien todo lo contrario. Vengo de la Ponferradina, un club donde se trabajaba muy bien sin balón y donde pude crecer mucho como futbolista".
El jugador, de 27 años, firmará con el Tenerife por una campaña y una segunda opcional. "Pude ver el triunfo ante el Fuenlabrada y también el partido ante el Sporting del otro día. Tendré mucha competencia porque es un club muy grande y tiene buenos jugadores en la plantilla, pero me siento preparado y trabajará para estar a disposición del míster lo antes posible".
En este aspecto, Larrea aseguró que "no he parado en todo el verano porque sabía que el mercado sería largo. Me preparé bien, junto a mi equipo de trabajo, para cuando llegase una oportunidad como esta. Tengo muchas ganas de estar ya con mis compañeros y de sentir a los aficionados en el Heliodoro. He venido varias veces a la isla como rival cuando había público en los estadios y sé que sus seguidores son exigentes, pero también ayudan muchísimo al equipo cuando juega como local", concluyó.