Preso de sus contradicciones, el autor de esta columna hará justo lo mismo que reprocha al resto del gremio: atender a quien no merecería atención.
A Javi Poves, que por cierto no es un recién llegado.
Conviene recordar, porque el periodismo es capaz de tropezar con la misma piedra las veces que sean necesarias, que el muchacho ya andaba en 2019 con lo suyo, entonces en un Móstoles Balompié al que rebautizó como Flat Earth FC para definirlo como "primer club que lucha por divulgar la verdad del mundo en el que vivimos". Esa verdad pasaba por el terraplanismo. Esa verdad era mentira.
Conviene recordar también que el gran Manolo Preciado había asegurado de Poves, cuando decidió retirarse del fútbol profesional con apenas 25 años, después de jugar unos minutos con el Sporting en Primera división, que "tenía una pedrada en la cabeza".
Conviene recordar asimismo que en lo de hace algo más de un lustro había mucho de estrategia ya. "Crear un club terraplanista es la mejor forma de tener presencia constante en los medios de comunicación", dijo Javi entonces. Efectivamente, dichos medios se alinearon en el afán por darle voz, no fuera a ser que perdiéramos un pinchazo, un oyente o un espectador, ciscándose una vez más en la que debería ser máxima del oficio: "Si una persona dice que llueve y otra que no, tu trabajo como periodista no es dar voz a ambas, sino abrir la puta ventana y ver si está lloviendo".
Como ni siquiera había llegado la pandemia, al menos nos ahorramos esas teorías negacionistas que, por trasladar, traslada ahora incluso a las guerras.
Porque está de vuelta, en un Colonia Moscardó que de histórico ha pasado a histérico (lisonjeros ellos, los jugadores tratan de agradarlo en las celebraciones de goles) y en el que ejerce como presidente, entrenador y lo que se tercie. Lo que se suele terciar es la polémica allá donde haya un micrófono, así que estamos en las mismas: de la sala de prensa a las webs, de las webs a la radio, de la radio a la televisión y tiro porque me toca. Una vez más, la tierra no es plana pero el negocio es redondo. De Segunda RFEF para el mundo, que al fin y al cabo arrogancia rima con ignorancia...
Nada tenía que ver Poves con ella, pero resulta maravillosa la anécdota de aquella otra sociedad que defendía el terraplanismo presumiendo de tener "por todo el globo".
Puta ventana...
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