El derbi aragonés reparte un punto insuficiente para ambos

Ni Real Zaragoza ni Sociedad Deportiva Huesca firmaban el empate pero fue lo que se llevaron y ninguno acabó contento. Arriaga adelantó a los maños tras el descanso y Kortajarena igualó pronto gracias a Valentín, que fue el mejor con diferencia. Los locales siguen a dos de bajar y los visitantes se mantienen fuera de playoffs, alargando ambos sus malas dinámicas.

Con un gran ambiente desde horas antes del comienzo, los blanquillos llevaron la iniciativa durante toda la primera parte pero como, casi siempre, no hubo ni rastro de creatividad entre los jugadores locales. Con un bloque muy compacto como el de los azulgranas, los de Gabi fueron incapaces de encontrar huecos.

Un remate de Lluís López blando y al centro en una falta lateral y un remate de Soberón, tras un rebote, que se marchó alto fue lo más peligroso de los zaragocistas. Los de Antonio Hidalgo se encontraban muy cómodos y contaron con Valentín como su arma más desequilibrante en la banda. El 0-0 al descanso fue lo más justo. 

En la segunda mitad, el Real Zaragoza continuaba manteniendo el control pero para marcar un gol solo se entendía a través del balón parado. Y así fue. En un saque de esquina, que provocó Juan Pérez con una gran mano a disparo de Guti, Arriaga con la rodilla, queriendo o sin querer, introdujo el balón en la red, desatando la locura en La Romareda.

El partido estaba donde querían los maños, aunque no supieron qué hacer. El Huesca aceleró una marcha en busca del empate y no tardó en encontrarlo. La forma más lógica tenía de protagonista a Valentín con Calero como en la primera parte. Y en la primera que tuvo tras el descanso, volvió a retratar al lateral para servir el tanto a Kortajarena que definió con clase ante la pasividad defensiva. 

Larguero de Toni Moya y lesión de Jordi Martín

El partido se volvió un correcalles que favorecía a los visitantes con más velocidad arriba y las ideas más claras. Valentín hizo de las suyas y Poussin salvó su diana, instantes después de que Pau Sans tuviera en sus botas el 2-1. 

Tasende probó más tarde los reflejos de Juan Pérez con un potente tiro. Y después Toni Moya tuvo una muy clara, pero el balón pegó en el larguero. Ambos intentaron desnivelar la balanza sin fortuna y se repartieron un punto que no satisface a ninguno. Además, en la recta final, la lesión de Jordi Martín, que salió del verde en camilla, puso la nota más desagradable del derbi.