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Pulso de pesos pesados en El Alcoraz, con todos los ingredientes de gran partido. El Granada dominó hasta que se quedó con uno menos sobre el césped por la absurda y merecida expulsión de Ricard en la última acción de la primera parte, circunstancia que aprovechó el Huesca para adelantarse en el marcador con una soberbia chilena de Soko, acariciando el triunfo y el liderato, doble recompensa que le arrebató Lucas Boyé en el último suspiro con un gran cabezazo para firmar el empate.
Granada y Huesca no tardaron en mostrar sus cartas, con los rojiblancos tratando de mandar con la pelota y los locales esperando para recuperar y lanzar ataques verticales, proponiendo, cada uno con sus armas, un pulso intenso. La primera gran ocasión del duelo cayó del lado andaluz, con un disparo seco de Tsitaishvili que se encontró con la madera.
Los de Fran Escribá siguieron dominando y acumulando la posesión, buscando grietas en el entramado defensivos de los oscenses, que resistían, sin descomponerse, haciendo gala de su buen hacer atrás. Sin goles, pero con sensación de superioridad y más ocasiones que el rival se marchaban los nazaríes al vestuario, momento en el que Ricard le propinó un rodillazo a Soko, acción que le costó la roja directa al lateral, que pocos minutos antes había saltado al césped en lugar del lesionado Neva. Con la expulsión, el decorado para el segundo asalto cambiaba de forma drástica.
Los rojiblancos, lejos de arrugarse, se presentaron tras el intermedio con valentía y pudieron adelantarse en el marcador con un remate de Stoichkov que se marchó muy cerca del palo. Superado el susto, el Huesca aprovechó su superioridad numérica para comenzar a mandar, intercambiándose los papeles con el Granada, al que ahora le tocaba apretar los dientes y esperar su oportunidad a la contra.
Los de Antonio Hidalgo comenzaron a coleccionar acercamientos con peligro, merodeando el gol, mientras el Granada resistía hasta que apareció Soko para cazar de forma acrobática un balón peleado por Javi Hernández ante la confianza de Manu Lama y rubricar con un gran chilena el 1-0, poniendo contra las cuerdas a los rojiblancos, que tiraron de carácter para buscar el empate. Una recompensa que encontraron gracias al golazo de Lucas Boyé en el tramo final, con un gran cabezazo en un córner de Manu Trigueros, logrando arañar un punto a pesar de las adversidades. Y eso que en el último suspiro Gerard Valentín tuvo una buena ocasión, pero Luca Zidane se la negó con una gran estirada.
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