El Santiago Bernabéu vive la tarde más emotiva de la temporada al despedir a dos leyendas que han marcado una época dorada en la historia del Real Madrid: Luka Modric y Carlo Ancelotti. El estadio se llenó hasta la bandera para rendir homenaje al jugador y al entrenador más laureados del club, en una jornada que quedará grabada para siempre en la memoria del madridismo, como la del curso pasado con Toni Kroos.
Nada más saltar los jugadores al terreno de juego, el Bernabéu estalló en aplausos mientras se desplegaban dos impresionantes pancartas en cada uno de los fondos del estadio. En uno, un enorme homenaje a Carlo Ancelotti, con la imagen del técnico y un mensaje de gratitud eterna. En el otro, un tributo a Luka Modric, el eterno ‘10’. En el centro del campo, una camiseta enorme con el 10 de Luka Modric. Impresionante.
Fue el primer gran momento de la tarde. El público, puesto en pie, ovacionó a ambos con una intensidad que ponía la piel de gallina. Los nombres de Ancelotti y Modric habían retumbado en cada rincón del estadio cuando se cantaron las alineaciones, coreados al unísono por una afición que no quiso dejar pasar la oportunidad de mostrar su iración y cariño.
La presencia de miles de camisetas con el dorsal 10 inundaban los aledaños del estadio desde primera hora de la tarde. Modric fue el gran protagonista, el símbolo de una generación dorada. Su figura, elegante y serena en el momento del inicio del partido, era el centro de todas las miradas en los primeros compases de una despedida a la altura de dos gigantes que ya son eternos en la historia del Real Madrid.
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