Estoy muy contento de jugar de delantero centro. Al principio no estaba convencido de jugar ahí, pero el míster siempre me ha dicho que podía meter más goles. No le creía, pero ahora están saliendo bien las cosas". A días de encarar la final de Champions en Wembley frente al Borussia, Vinicius se sinceraba sobre la transformación radical que tuvo que sufrir su fútbol tras la marcha de Benzema. Ancelotti le lanzó el reto de intentar jugar más por el centro y el brasileño accedió al entender que era lo mejor para el equipo. El objetivo era seguir siendo decisivo, con independencia del espacio ocupado a la hora de atacar, y aumentar las cifras goleadoras parar paliar la baja del francés. Su excompañero le enseñó el camino y el 7 se puso manos a la obra para firmar la mejor temporada de su carrera.
Sin embargo, el cambio de Vinicius no fue una tarea fácil. ¿Cómo explicar a un futbolista que debe salir de su zona de confort... si en dicho coto privado es prácticamente imparable?. Su superioridad sobre el césped, la facilidad para generar peligro en cada partido y la sensación de que no había nadie en el planeta fútbol más determinante que Vinicius tirado a banda izquierda cambió de la noche a la mañana. Era hora de ampliar el registro para convertirse en un futbolista mucho más completo. Su año no le sirvió para lograr el Balón de Oro, lanzó un mensaje en sus redes ("Lo haré 10 veces más si es necesario. No están preparados") y la llegada de Mbappé lo cambió todo.
La desesperación de Ancelotti
El 9 trajo consigo un cambio en el juego blanco, a nivel defensivo se forman dos líneas de cuatro para tener un centro del campo más compacto. Al estar acostumbrado a ser la referencia en ataque después del cambio de Luis Enrique en el PSG, Vini pudo recuperar su banda izquierda. Sin embargo, el encaje de bolillos no fue nada sencillo al arrancar la temporada. Un 'problema de izquierdas' que aglutinó a todo su frente de ataque en una misma banda. Vinicius, Rodrygo, Bellingham y Mbappé caían una y otra vez en el mismo error, y el equipo lo pagó al facilitar al rival el trabajo defensivo, que solo tuvo que juntar futbolistas en una misma banda para forjar un entramado defensivo sencillo de preparar.
Así las cosas, el cuerpo técnico blanco tenía mucho trabajo por delante para hacer entender a sus piezas de ataque que pisarse sobre el césped les hacía más predecibles. "Mbappé está más acostumbrado a jugar por dentro, pero Vinicius se está empezando a dar cuenta de que por dentro es muy peligroso. Dependerá de los partidos, aunque durante los partidos pueden cambian de posición", explicó el italiano sobre un cambio de rol que ahora ha vuelto a generar otro problema. Rodrygo hace daño en banda derecha, Bellingham disfruta por todo el campo, Mbappé aparece por dentro para sorprender con su movilidad... y el plan marcador pedía que Vinicius se pegase bien a la línea de cal para dar amplitud al equipo. Sin embargo, el 7 ha cambiado su zona de impacto, el equipo se colapsa por completo... y Ancelotti pide a gritos la búsqueda de un espacio que a principio de temporada fue el problema.
"La idea era jugar por fuera también en la primera parte, pero no lo hicimos. Era mejor ser paciente y jugar por fuera, aunque muchas veces el bloque bajo del rival te hace que vayas por dentro. No hemos aprovechado la amplitud del campo, algo que sí hicimos en la segunda porque Vinicius y Rodrygo jugaron más por fuera y crearon muchas situaciones de peligro", aseguró el técnico italiano. Y es que si al principio el problema era el colapso en la banda izquierda... ahora lo tienen por dentro con una aglomeración de piernas que genera un estorbo incomprensible. Fueron varias las veces en las que Ancelotti, completamente desesperado, pedía a gritos al brasileño que abriese el campo y dejase de intentar fabricar por dentro. Unas instrucciones claras que en la segunda parte sirvieron para que el Madrid empezase a hacer daño a los de Simeone después de no lograr tirar a puerta en los primeros 45 minutos. Un arranque de partido en el que las piezas no estaban bien colocadas, con Vinicius metido por dentro y sin abrir el campo para tratar de buscar un pase a la espalda de la defensa que nunca llegó. El equipo blanco reaccionó en la segunda parte con el brasileño volcado en su banda y el dibujo cobró de nuevo sentido. Y es que cuando el equipo blanco entendió lo que pedía el partido, con sus dos extremos creando espacios en lugar de pisarse unos a otros por dentro, llegaría el gol de Mbappé y el balón al palo de Bellingham. O lo que es lo mismo, el Madrid empezó a generar peligro.
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